Aquel que hace lo que puede

Hacia bastantes años que la ONU no proclamaba la situación de hambruna en alguna parte del mundo. La hambruna es el tercer jinete de la Apocalipsis, recuerda The Economist, y no trata de personas que padecen hambre sino de personas, centenares, miles de personas, que se mueren literalmente de hambre, en un momento dado, en un lugar concreto.

Significa, técnicamente, que en una población de 50.000 personas, más de veinte mueren al día por falta de alimento; significa que ha fallado todo y que un grupo de seres humanos, empezando siempre por los niños y sus madres, en un lugar determinado del planeta no dispone de ningún mecanismo de supervivencia.

Parecía que las hambrunas y sus terroríficas imágenes estaban controladas y que en el siglo XXI desaparecerían por completo, pero la ONU acaba de declarar la hambruna en Yemen, Somalia y algunas zonas de Nigeria y en todos los casos, afirma que está provocada no solo por la sequía, sino por la guerra, por el feroz bloqueo a que se somete a poblaciones civiles inocentes de toda culpa. El caso más evidente es Yemen, un país en el que Arabia Saudí, su vecino, desarrolla una feroz guerra que aniquila a los civiles.

¿Por qué hablar ahora de Yemen? Quizás porque hay un bombero español que se negó a organizar el pasado día 13 el embarque en el puerto de Bilbao de 4.000 toneladas de explosivos, bombas y detonadores con destino a Arabia Saudí y a ser usados en esa espantosa guerra. La diputación de Vizcaya ha abierto expediente disciplinario a ese bombero y seguramente será sancionado. Conviene recordar aquí que es un héroe: aquel que hace lo que puede. El resto, simplemente, no lo hace. Nuestro bombero es realmente un héroe.