Los otros desarmes: el IRA y las FARC
Los dos principales desarmes de los últimos años, el del IRA y el de las FARC, no siguieron una pauta similar, a la excepción de que se realizaron con la garantía de ausencia de la violencia
El caso del IRA
Madrid
Los dos principales desarmes de los últimos años, el del IRA y el de las FARC, no siguieron una pauta similar, a excepción de que se realizaron con la garantía de ausencia de la violencia. En el caso de Irlanda del Norte, los llamados 'Acuerdos de Viernes Santo' dedicaron un pequeño espacio al desarme del IRA y de los grupos paramilitares.
De hecho, el IRA no renunció a la violencia hasta siete años después de la firma de los acuerdos. Esta ausencia sobre el desarme provocó inicialmente muchas desconfianzas entre las dos comunidades enfrentadas. La supervisión del proceso quedó en manos de una Comisión Internacional de Desarme, presidida por un general canadiense e integrada por un militar finlandés y dos diplomáticos estadounidenses.
El desarme se llevó a cabo en secreto y no hubo ninguna fotografía o grabación de la entrega y destrucción de armas. Se llevo a cabo un inventario, cuya confidencialidad se mantendrá hasta casi mediados de este siglo, y el gobierno británico se dio por satisfecho porque las cantidades señaladas por la Comisión coincidían con las que tenían los servicios secretos.
Las FARC
En el caso de Colombia, por contra, se especificó en los acuerdos de paz un plazo máximo de 180 días para la dejación total de las armas y dos fases posteriores para el desarme: una de 'control del armamento', en el que los integrantes de la FARC debían concentrarse con sus armas en ocho campamentos transitorios, y otra de 'dejación de las armas' que se desarrolla en tres partes: en 90 días después de la firma de los acuerdos de paz, se entrega el 30%; el mismo porcentaje en 120 días y el 40% restante en un plazo de 150 días.
Este proceso de registro, identificación, verificación, recogida y destrucción es llevado a cabo por el Mecanismo de Monitoreo y Verificación. Todo el desarme de las FARC, que debe terminar en agosto, se ve acompañado y supervisado por Naciones Unidas que es el destinatario final las armas que se convertirán en tres monumentos simbólicos ubicados en Estados Unidos, Cuba y Colombia.