ETA murió, afortunadamente, hace seis años

Ya se verá qué formas utilizan, pero mañana es el día elegido por los rescoldos de ETA para dar otro martillazo más al penúltimo clavo de su propio ataúd. Fallecida hace ya seis años, en octubre de 2011, gracias al empuje de una ciudadanía harta de tanto asesinato sin justificación de ningún tipo, de la acción de las fuerzas de seguridad y de una inteligente política diseñada desde el gobierno socialista y la valentía de unos interlocutores que mantuvieron el tipo en entrevistas a cara de perro, hoy todo lo que queda de ETA son unas armas mohosas y el trágico recuerdo de aquellos años de plomo en el corazón de unas víctimas para las que no puede existir consuelo alguno.

Pero la sociedad vasca, y toda España, debe estar orgullosa de haber derrotado a la barbarie, de su firmeza ante los envites del terror y lograr, tras mucho, demasiado sufrimiento, es cierto, que la organización terrorista se fuera de nuestras vidas sin haber obtenido ni uno solo de sus objetivos. Cero.

Porque mienten quienes desde la derecha intentan minimizar el éxito de aquel final que culminó con el comunicado del 20 de octubre de 2011. La democracia es hoy más fuerte porque derrotó a los asesinos, al tiempo que abría una puerta para que se pudieran defender sus ideas por medios exclusivamente políticos. ¿Hay algo más hermoso?