¿Hay, acaso, un testigo mejor?

Los jueces que integran la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, dos contra uno, han decidido citar a Mariano Rajoy como testigo en el caso Gürtel. ¿Extraño? Quizá. Lo raro es que el presidente del Gobierno se haya ido hasta ayer de rositas jurídicas del gigantesco caso de corrupción que ha atravesado al PP de parte a parte.

Será el primer presidente del Gobierno español en ejercicio llamado a declarar por un Tribunal. La primera reacción del PP ha sido airada, como siempre. ¿Cómo se atreven esos sujetos a tamaña descortesía?, vienen a decir. Lo mismo que siempre ha hecho Rajoy, que un día de 2009 tuvo la impudicia de salir en público, rodeado por Camps, Barberá, Trillo, Ana Mato y tutti quanti, todos conocidos por su acrisolada honradez, para denunciar que el caso Gürtel no era una trama del PP, sino contra el PP.

Jamás se ha disculpado Rajoy ante la ciudadanía por esas palabras, ni tampoco por similares bravuconadas igual de mentirosas. ¡Es tan evidente que Rajoy debe rendir cuentas por esa corrupta caja B de la que su partido se ha alimentado tantos años!¡Es tan obvia la comparecencia para alguien que nombró, a dedazo, tesorero todopoderoso del PP a Bárcenas!

¿Y ya que estamos, no habría que hacer lo propio con José María Aznar, bajo cuya sombra nació y creció Gürtel?