Una lección de vida

Madrid

Hay días en los que la actualidad te atropella y no tienes armas ni ganas para buscar alternativas. Son lo que yo llamo días lentejas: las noticias que hay…o las tomas o las dejas. Y el menú de hoy no está nada mal, ¿eh?; sería algo así como corrupción de primero –con posibilidad de repetir-, terrorismo de segundo, y un poco de fútbol para el postre, que nunca viene mal; porque el Madrid-Barça de este domingo y el sorteo de Champions que ha emparejado –otra vez- al propio Real Madrid con el Atleti pues la verdad es que da mucho de sí.

Sin embargo, de vez en cuando aparecen historias que no circulan por los carriles más transitados pero que merecen ser contadas. Hoy me he topado con una de esas historias en la sección de cartas al director del diario La Vanguardia.

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Un hombre, un padre, que al cumplirse dos años de la muerte de su hijo en accidente de tráfico, accidente provocado por otra persona, ha escrito un texto conmovedor que se titula ‘Perdonar’. Allí nos cuenta, nos describe –aunque resulta imposible imaginarlo- cómo es de profundo el abismo de dolor, de rabia, de frustración cuando pierdes a un hijo. Pero confiesa también cómo la única salida de ese bucle perverso y dañino ha sido perdonar a esa persona. Y además nos da detalles: dice que ese proceso le ha permitido abrazar a quien provocó el accidente en el que murió su hijo y decirle: “me alegro de que estés vivo; la vida te ha dado otra oportunidad, ¡aprovéchala!”

Les propongo que paremos máquinas durante unos segundos, y pensemos… ¿somos capaces, seríamos capaces de algo así? Yo no tengo la respuesta, sinceramente, no la tengo; no lo sé. Pero le doy las gracias a este hombre por la lección que nos ha dado.