A la tercera va la vencida

Madrid

Si dicen que a la tercera va la vencida, esta vez debería ser la definitiva, porque es la tercera vez que dimite Esperanza Aguirre. Primero dimitió de la presidencia de la Comunidad de Madrid, después de sus cargos en el partido y ahora de concejala en el Ayuntamiento de Madrid. Se siente engañada y traicionada por Ignacio González, en el que tanto confió y del que, parece, jamás sospechó. A pesar de su nivel de vida con el sueldo de político, a pesar de las advertencias, de lo que se decía, de las bolsas en Colombia, de los espionajes, de sus reuniones con un policía en una pastelería de la calle Mayor.

Esperanza Aguirre vivía en la inopia, todo lo que hacía Ignacio González le parecía normalísimo. Y, mientras tanto, millón a millón Ignacio González iba levantando su imperio, el de su hermano, el de su cuñado. Vaya, lo que viene siendo la familia, en todas sus acepciones.

Y por el camino, alguno de la familia se reunía con el número dos del ministerio del Interior y este de la familia salía de la reunión diciendo que la reunión había sido interesante, pero que mejor no hablarlo por teléfono.

Y Esperanza Aguirre a sus cosas y el PP el más perjudicado de todos, como decía esta mañana Pablo Casado. Pobre PP, damnificado por tanto delincuente y encima Mariano Rajoy tiene que ir a declarar como testigo por la falta de colaboración de los populares, si es que a perro flaco todo son pulgas.

Pero, bueno, hoy ha dimitido por tercera vez Esperanza Aguirre. Y el PP lo ha ventilado con un comunicado de dos párrafos. Pensará que toda responsabilidad está saldada. Que la corrupción en Madrid ya está amortizada, que ya hay cordón sanitario. Y así seguirán a los suyo, que es no mover ni un dedo por la regeneración en su partido.