Delincuentes en la carretera

Madrid

Voy a contarles una historia que puede parecer menor, pero que nos obliga a encararnos con un problema del que no sé si siempre somos conscientes. Me refiero a la seguridad vial. Cuando nos preguntan por temas de seguridad siempre aparecen cuestiones como los robos a viviendas, los atracos, el terrorismo por descontado, las agresiones en la calle…pero nunca o casi nunca citamos la seguridad vial. Pues no será por falta de motivos, porque resulta que uno de cada tres delitos que se cometen en España… ¡uno de cada tres! Tiene que ver con eso.

Y la historia que les comentaba al comienzo es un buen ejemplo: ocurrió ayer en Lazcao, en Guipúzcoa, a eso de las seis de la mañana; en plenas fiestas de la localidad y con las calles atestadas de gente; un chico de 22 años hizo amago de atropellar a varios peatones; no sé si jugaba o hacía el bobo pero iba dando acelerones en mitad de la muchedumbre y casi se lleva por delante a más de uno. Total, que le detuvieron y resulta que iba bebido, pero vamos… ¡como una cuba! Vale, pues este es uno de los delitos relacionados con la seguridad vial que puede acarrear penas de cárcel; igual que conducir drogado, o sin carnet, o a más de 200 por hora, o negarse a pasar un control de alcoholemia.

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Bueno, pues resulta que en España tenemos a cuatro millones y medio de conductores que admiten haber cometido alguno de esos delitos; y lo que es peor, en los últimos ocho años han provocado casi 2.500 muertos. Son datos de un macroestudio realizado por la fundación Línea Directa. Y con esos resultados en la mano, ¿se imaginan que estuviéramos hablando, por ejemplo, de atentados terroristas? Más de 300 muertos al año –que esa es la cuenta- serían inadmisibles.

Y sin embargo, esta sangría en la carretera la tenemos incorporada a nuestro paisaje común sin grandes aspavientos. Será por aquella inveterada costumbre de pensar que las desgracias siempre son para los demás. Hasta el día que nos toca; y entonces ya es demasiado tarde.