Política, por favor

Dice Rajoy que no todos los políticos son iguales y que es injusto sembrar dudas de corrupción sobre todos ellos. Es verdad. Y ese es uno de los peligros que tiene la situación actual provocada por un aluvión de investigaciones judiciales al PP en el conjunto de España y a la antigua Convergencia en Cataluña. Todas muy graves y todas protagonizadas curiosamente por políticos o allegados que defienden reducir el papel del Estado para los demás mientras actuaban como si quisieran quedárselo para ellos solos.

Pero una vez dicho esto, ¿qué propone Rajoy para atajar la situación? Nada. Esta noche ha hablado con los periodistas que han seguido su viaje a América Latina. No va a cesar al ministro de Justicia, ni al secretario de Estado de Seguridad, ni al fiscal general del Estado, ni a ninguno de los cargos públicos cuestionados por su relación con los protagonistas o las instituciones afectadas por la operación Lezo.

Tampoco tiene Rajoy intención de dirigirse a los españoles a través de los medios o en un formato extraordinario en el Congreso para tranquilizar a la opinión pública soliviantada por este saqueo durante años de dinero público y por parte de personajes que han estado en la vida pública hasta hace dos días. No piensa explicar, por tanto, por qué si al partido llegaron denuncias internas sobre las actividades de Ignacio González, no lo pusieron en manos de la Fiscalía ni se auditó su gestión y sin embargo lo dejaron caer como candidato a la presidencia de la Comunidad. ¿Sabía la dirección nacional o no sabía? No responde Rajoy, ni se siente en la obligación de hacerlo. Pero esta escalada en la que estamos necesita una salida política.

Pa qué, se dirá él. Si enfrente tiene un PSOE más pendiente de dirimir cualquier movimiento en clave interna para las primarias que en liderar la exigencia de responsabilidades públicas e inmediatas al partido en el Gobierno. ¿Beneficia o perjudica a Pedro Sánchez? ¿Perjudica o beneficia a Susana Díaz? Cuando está en juego la limpieza del sistema, esta no puede ser la pregunta que se hagan los socialistas.

El PSOE a lo suyo. Podemos, con una gestión infatilizada de la oposición llena de gestos que no van a ninguna parte. Y Ciudadanos, tratando de mantenerse en el equilibrio imposible de dejar gobernar al PP allá donde el PP lo necesita y a la vez presentarse como regeneradores de la democracia española.

Unidos Podemos y la candidatura de Pedro Sánchez piden un pleno urgente y que comparezca Rajoy. La gestora socialista y Ciudadanos que se constituya ya la comisión de investigación sobre la financiación del PP y que sea ahí donde comparezca el presidente.

Pero el presidente puede estar tranquilo. Mientras se aclaran, lo que es seguro es que hasta el 10 de mayo no tienen que explicarse en el Congreso ni el ministro Catalá ni el fiscal general, ni el mismo Rajoy en la sesión de control. Dentro de 15 días. Sin prisas. Y luego se atreven a hablar de la lentitud de la justicia.