Julian Assange

Estoy en la embajada de Ecuador en Londres, acabo de hablar con Julian Assange en el día en el que ha intervenido de manera muy directa en la disputa que tiene con el Gobierno Trump. Trump había dicho "yo amo Wikileaks" pero ahora, tras las últimas revelaciones, se ha convertido en el enemigo público número uno.

Las primeras declaraciones del nuevo director de la CIA así lo atestiguan. Assange, Wikileaks son un peligro enemigos del Estado. Mientras tanto, el Departamento de Justicia, el Fiscal General ya han anunciado que inician los movimientos para arrestar a Julian Assange. Se avecina probablemente un tiempo muy complicado desde punto de vista diplomático, desde el punto de vista jurídico, mientras que Julian Assange, que lleva cinco años en esta casa encerrado, está completamente convencido de que tiene herramientas suficientes para continuar su batalla. Un hombre que me ha dado la impresión de que está muy imbuido de una conciencia de responsabilidad histórica, una cierta mística heroica que le está sosteniendo en lo que él mismo considera que es una batalla muy difícil de ganar. Pronostica que probablemente estamos más cerca de un mundo, el de Internet, controlado por el ojo vigilante, más que la utopía en la que él libra la gran batalla de un internet abierto, fresco, libre a todos los efectos.

Un hombre que dice no tener miedo pero que en el fondo reconoce tener miedo al aburrimiento y, tal vez, a flaquear en una causa espectacular que, como digo, está a punto de iniciar una fase bastante agresiva para él.

Ha escrito una carta al Washington Post defendiéndose de las acusaciones de la Administración norteamericana. Él no lo reconoce pero está bastante claro que percibe que se avecina una fuerte tormenta.

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