¿Qué celebramos hoy?

Madrid

Entonces, para que me quede del todo claro... ¿qué es lo que hay que celebrar este primero de mayo? ¿Celebramos que en 2015 el 47 por ciento de los asalariados no cobraba ni mil euros por su trabajo? Lo dice el sindicato de tecnicos de hacienda que algo sabrá... el 47 por ciento, más de ocho millones de trabajadores, no cobra ni mil euros al mes... Podríamos reunirnos esta noche, aun estamos a tiempo, para celebrar que 136.000 directivos ganan lo mismo que 5.700.000 trabajadores... ¿Celebramos acaso que hay un millon trescientos mil hogares en los que ningún miembro tiene un empleo? ¿celebremos eso o que en casi 650.000 hogares no entra ni un solo euro, ni como sueldo ni como prestación?

Quizá podamos celebrar que casi el 26 por ciento de los trabajadores tienen contratos temporales o que el 15 por ciento lo es a tiempo parcial... Venga, celebremos los contratos de una hora, la suma de trabajos mínimos, la acumulación de contratos degradantes para sumar un puñado de horas al mes que no dan ni para un sueldo digno... ¿Por qué no celebrar la insoportable tasa de paro entre los más jóvenes o la desesperación de los desempleados de larga duración que sostienen su dignidad personal frente a quienes creen que la experiencia pesa como un lastre? Celebremos entonces las habitaciones de hotel limpiadas a un euro y medio, las jornadas laborales de seis días semanales, los festivos trabajados porque nos hemos empeñado en que nuestro ocio es un probador...

Y si celebramos la escasez de gente joven en las movilizaciones del primero de mayo, el anquilosamiento que sufren los sindicatos desde hace ya unos años, podemos celebrar su preocupante falta de dinamismo.

No vayamos a ser unos cenizos, celebremos que la crisis ya pasó, que la economía crece, que se crea empleo, que los beneficios empresariales suben, que los bancos ganan más dinero, que se venden más casas, que los alquileres están por las nubes y vienen millones de turistas... Que nada estropee la fiesta.