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EL DIETARIO

La presión y la reconstrucción es fundamental

Josep Ramoneda sobre el Primero de Mayo, Tony Blair y las elecciones francesas

El dietario de Ramoneda: La presión y la reconstrucción es fundamental

El dietario de Ramoneda: La presión y la reconstrucción es fundamental

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Barcelona

 La clase obrera dejó de ser el sujeto colectivo de la emancipación social, pero el rito del Primero de Mayo permanece. El trabajo es un bien escaso, la precariedad crece hasta el punto de que tener empleo no garantiza las mínimas condiciones para una vida digna, los jóvenes no encuentran trabajo, la robotización aparece como una amenaza, y los gobiernos siguen con un guión que niega los beneficios del crecimiento a gran parte de los asalariados, y ahonda la fractura generacional. Con la precariedad desbocada, los conflictos de intereses enfrentan incluso a los propios trabajadores y las organizaciones sindicales tienen dificultades para representarles. Y, sin embargo, la presión ciudadana y la reconstrucción de las instituciones intermedias es fundamental si se quieren mantener los estabilizadores de la democracia y evitar que se imponga definitivamente el plan B del sistema, el autoritarismo postdemocrático.

El que faltaba. Tony Blair anuncia su regreso a la escena para combatir el Brexit, coincidiendo con la debacle generalizada de la socialdemocracia europea. Con Blair empezó el desastre. Con santa inocencia asumió un thatcherismo de rostro humano y entregó a la socialdemocracia al neoliberalismo. Y, por si no fuera suficiente, fue el gran predicador de la guerra de Irak al servicio de Bush, una irresponsabilidad que ha puesto Oriente Medio patas arriba. Dice Blair que la izquierda se ha de modernizar constantemente. Él la modernizó tanto que aquel impulso está sacando a la socialdemocracia del mapa político.

Gentes de todo el espectro ideológico reprochan a Melenchon que no haya convocado a los suyos a votar Macron para parar a Le Pen. Si Melenchon hubiese sido el rival de Marine Le Pen en la segunda vuelta, ¿cuántas de estas personas hubieran pedido el voto para el candidato de Francia insumisa? Algunos incluso hubiesen encontrado moderado al Frente Nacional. Los quince días que separan las dos vueltas de las presidenciales, sirven tradicionalmente para que los candidatos negocien y pacten con otras fuerzas para conseguir su apoyo. Pero ante la amenaza Le Pen se da por supuesto que la prioridad es cerrarle el paso y que, ante este bien superior, no hay nada que negociar. No se puede negar que el espantajo del Frente Nacional es un instrumento muy útil para garantizar que todo cambie para que nada cambie. A Macron le sale gratis.

 
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