Pontevedra, reino de peatones

Después de recorrer a pie la ciudad, Juan José Millás ha corroborado lo que todos dicen: es una ciudad pensada para los peatones, con 40 kilómetros peatonales, donde el canto de los pájaros no se ve eclipsados por el ruido de los vehículos. Se trata de una fórmula que envidian muchas ciudades europeas, y a la que nos hemos acercado a través de su alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores.

El 70 % de los desplazamientos que efectúan los pontevedreses son en bicicleta o a pie, lo que hace que cada ciudadano deje de emitir media tonelada de CO2 al año. Pero este logro ha conllevado años de trabajo desde el Ayuntamiento, la policía, y el esfuerzo de todos los habitantes. "Los coches que circulan por Pontevedra son los necesarios", explicaba refiriéndose a los particulares, comerciales y al transporte público, por ejemplo. Además, los vehículos circulan obligatoriamente a un máximo de 30 km/h por lo que los accidentes graves se reducen considerablemente. "Demostramos que los coches necesarios para que una ciudad funciones son muy pocos", mencionaba. Así es como han podido recuperar el espacio urbano para sus ciudadanos.

Pontevedra, ¿ciudad sin multas?

Si han conseguido que se circule poco y despacio, y que sus ciudadanos sean más cívicos, deberían darse pocas infracciones de tráfico. Daniel Macenlle, intendente de la Policía Local, señalaba que los errores más frecuentes se cometen a la hora de estacionar en el corazón de la ciudad. Existen 500 plazas para que los particulares puedan parar durante 15 minutos para hacer sus deberes y recados. "El número de multas ha descendido desde 2010 un 30 %", señalaba.

"La ciudad es de la gente"

El psicopedagogo Francesco Tonucci, autor de La ciudad de los niños, con quien hemos conversado esta mañana, es un gran defensor de humanizar las ciudades. Y sostiene que "Pontevedra es una de las ciudades que demuestran que lo que proponemos hace unos años, es posible". El hecho de que no se repita este modelo en otras urbes, dice, es porque "siempre hay algún pero", sin embargo, este ejemplo ha conseguido mostrar que "la ciudad es de la gente".