El que pierde es el PSOE

Madrid

Dos no se pelean si uno no quiere y hoy los dos querían pelea. Susana Díaz y Pedro Sánchez, tras meses de incomunicación, han llegado hoy a Ferraz no dispuestos a arreglar lo suyo, sino dispuestos a echarse en cara todo lo que llevaban aguantando durante este tiempo. Y como en todas las peleas, los reproches fluían de la boca de uno y del otro incluso cuando decían que no querían decir lo que acababan de decir.

Tanto tiempo almacenando el rencor, que al final sale por todos los poros. Lo del debate de guante blanco ha durado el tiempo de las fotos y de la introducción de la moderadora, con el silbato inicial los contendientes se han olvidado de sus intenciones. Y en medio, el tercero en discordia, Patxi López que ha intentado reconducir un debate que su compañero y su compañera se empeñaban en llevar al terreno de lo personal.

Susana Díaz recordándole a Sánchez lo de sus derrotas electorales y Sánchez recordándole a Díaz lo de su abstención en la investidura de Rajoy, y así una y otra y otra vez hasta el aburrimiento, centrando el debate en el pasado y en lo pasado.

Los dos han desaprovechado una gran oportunidad, un debate abierto ya no solo a los militantes sino también a los votantes, a los que les siguen votando y a los que les han abandonado, entre otras cosas, por hacer lo que han hecho hoy.

Tras el dramático Comité Federal del 1 de octubre fueron muchos los que hablaron de empezar a coser, pero el debate de hoy ha dejado en evidencia las costuras. Un partido dividido, a pesar de los intentos de Patxi López de recomponer. Es posible que por este debate ninguno gane ni pierda votos. Ellos no, pero el que pierde es el PSOE, porque hoy se ha escenificado la imposibilidad de cerrar heridas y el día siguiente de las primarias, gane quien gane, estarán exactamente igual que hoy, divididos.