¿Quién tendrá la fuerza y la energía para renovar el PSOE?

Aterrorizado este vetusto Ojo por los descomunales ataques cibernéticos -¿será así el fin del mundo?- y por la crisis mundial de la socialdemocracia, todavía conserva ánimos para lanzar esta sencilla pregunta: ¿Debe renovarse el Partido Socialista Obrero Español? ¿Necesita un proyecto nuevo que acometa las grandes tareas que esperan a la izquierda? Pues hoy podrán observar en ese único debate entre los candidatos socialistas -rácano capricho de la gestora- dónde está situado cada uno.

El primero en saltar fue Patxi López, paz os traigo, hermanos, al que conviene recordar que hasta John Wayne, aquel hombre tranquilo, tuvo que pegarse de puñetazos para convencer a Maureen O’Hara.

Luego apareció Pedro Sánchez, quien más se atribuye a sí mismo méritos políticos y generacionales para esa renovación, pero a quien le queda por demostrar que esos aires llevan a otro sitio que no sea la derrota, que alguna mala experiencia ya ha tenido.

Y ahí está Susana Díaz, la presidenta andaluza, que mucho, muchísimo, una enormidad, tendrá que trabajar para demostrar que aupada, arropada y jaleada como ha llegado a la carrera por lo más granado de la nomenclatura inamovible de su partido, llenos de cargos, prebendas y honores, es ella la idónea para liderar esa renovación que acabe, vaya paradoja, con todo lo que representan sus ilustres mentores.

La votación, el domingo, y nadie trabaja para el lunes. Allá ellos.