Las derechas se atraen

Barcelona

El precio de la desidia. Rajoy no contestó las cartas del Tribunal de Arbitraje del Banco Mundial y este al condenar a España por las renovables se lo afea. De momento, 128 millones de multa. El gobierno demoró el decreto de la estiba, cuando contrareloj quiso aprobarlo tuvo un primer rechazo parlamentario, coste: 24 millones de multa por reforma tardía. Suma y sigue.

Las derechas se atraen. Y el efecto PNV empieza a notarse en Cataluña. El Pdecat se acerca al gobierno. El PP le echa una mano en el caso Palau y los nacionalistas le salvan el marrón de la estiba. ¿De qué es indicio esta inesperada aproximación? El lunes en Madrid, Puigdemont volverá a poner el reloj en la hora de la confrontación. ¿Hasta cuándo?

Otra más del inmenso patio oscuro del PP: facturas falsas para financiar la campaña de Rajoy de 2008. Y siguen negando que su corrupción sea estructural. ¿Quién organiza las campañas electorales si no la estructura? ¿Cuál es el límite de resistencia de Rajoy? ¿Y de su electorado?

Después de que un informe de la Guardia Civil la señalara por una presunta concesión irregular, Cristina Cifuentes dice creerse víctima de su propio partido. La teoría de la conspiración es un recurso clásico cuando van mal dadas. Sin embargo, la sospecha de Cifuentes no es infundada: la experiencia enseña que la mayoría de acusaciones de corrupción, verdaderas o falsas, han tenido su origen en el territorio de cercanías del afectado. En política, el primer enemigo está en casa. Ya decía Martin Villa, cuerpo a tierra que vienen los míos.

Emmanuel Macron pone en manos de la derecha los ministerios económicos. Hay una razón táctica, con el partido socialista a la deriva, el presidente sabe que solo obtendrá una amplia mayoría parlamentaria si atrae mucho voto de la derecha. Pero hay también una razón estratégica, el proyecto Macron puede ser más amable y culto en las formas, pero habita plenamente en los parámetros de la hegemonía neoliberal en curso. La querencia derechista continúa.