Tirón de orejas

Madrid

No soy muy partidario de hablar de nosotros mismos, de los periodistas; porque creo que nuestro trabajo es dar noticias, no convertirnos en noticia. Pero como también creo que un elemento sustancial de nuestro oficio es la capacidad de autocrítica les voy a contar algo que me ha ocurrido esta mañana: que me han tirado de las orejas; no a mí en particular, pero sí a los medios en general por el espacio, más bien escaso, que dedicamos a la Universidad y en concreto a la investigación.

La primera reacción al rejonazo siempre es de defensa…pero he pensado: pues es verdad, tiene razón. ¿Cómo es posible que no conectemos más a menudo con ese territorio en el que se están formando ahora mismo millón y medio de estudiantes?; ¿cómo se entiende que no prestemos más atención a quienes pasado mañana van a tener las riendas del país?

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¿Qué nos impide poner en valor con mayor convencimiento las toneladas de talento que se cuecen en proyectos, laboratorios, estudios…y cuyo trabajo además acaba repercutiendo en nuestra vida cotidiana? No nos lo impide nada, por eso vamos a hacerlo hoy.

El tirón de orejas, por cierto, me lo han dado en Santander pero ahora les hablo –les hablamos- desde Potes, en el corazón de los Picos de Europa. Es un lugar extraordinario, un paisaje imponente, un territorio que queda muy bien en todas las fotografías pero cuyos habitantes tienen también –como es obvio- sus problemas, sus reivindicaciones…aunque ahora mismo lo que tienen entre manos es un tesoro: el Año Jubilar Lebaniego, que arrancó hace apenas un mes y que se espera que atraiga a un millón de peregrinos y a dos millones de turistas.