Ivo Delgado, testigo del atentado: "A mi izquierda tenía a dos niñas de 5 y 7 años"

Barcelona

Cansado y vacio. Así se siente Ivo Delgado español residente en Manchester que ayer presenciaba el concierto de Ariana Grande en el que se produjo un atentado que ha costado la vida al menos a 22 personas. Según relata este vallisoletano, que acudió al recital con un grupo de amigos, el concierto ya había terminado cuando escucharon la explosión. "Decidimos quedarnos a esperar para no estar embotellados en la cola, y de repente, mientras estás cogiendo el abrigo, escuchas un estruendo y muchísimos gritos" explicaba en Hoy por hoy con Gemma Nierga.

La confusión inicial vino acompañada de gritos y carreras para salir del recinto. "Por desgracia lo primero que te viene a la cabeza es 'estoy viviendo un ataque terrorista' y tu mente racional te dice 'tranquilo, pueden ser muchas cosas, no pienses de esa manera'" explica . Ivo y sus amigos decidieron quedarse quietos y tratar de abandonar el pabellón por la salida más próxima a sus asientos, "la más cercana al estruendo".

Cuando consiguieron abrir la puerta y tomar el pasillo que les llevaría a la salida es cuando empiezan a ser conscientes de los sucedido "Hay una humareda, y a 20 metros había una persona tirada en el suelo del pasillo y dos personas contra la pared claramente heridas" explica este joven que destaca la actitud "encomiable" de los miembros de seguridad: "Cuando te ves en esta situación es difícil sacar el héroe que crees que llevas dentro. Todo el personal estaba ayudando. Le pregunte si podíamos ayudar en algo y nos dijo que no, que abandonasemos el recinto de forma ordenada".

Durante ese recorrido, Ivo ayudó a socorrer a una mujer en silla de ruedas que tenía dificultades para salir del Manchester Arena: "El señor que me estaba instando a ayudar tenía la camiseta completamente llena de sangre y la cara ensangrentada, es cuando te das cuenta de que algo ha sucedido". Este español destacaba también la cortad de edad de la mayoría de asistentes al recital, "a mi izquierda tenía a dos niñas de 5 y 7 años" recuerda, y el peligro que suponía, en ese sentido, el desalojo. "En esa gran cola en la que íbamos hacia la salida había un niño que no me llegaba a la cintura. Tienes miedo a un empujón y ser tú la persona que le pise" afirma el también escritor, para quién esta acción terrorista es un ataque a la libertad: "no es un ataque musulman, no es un ataque racial, es un ataque de desalmados".