Ofertas de ida y vuelta con el no por respuesta

Madrid

El viernes 19 de mayo, después del consejo de ministros, la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ofrecía al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont al Congreso. Un ofrecimiento para debatir y dialogar el referéndum independentista en las Cortes Generales, porque, según Sáenz de Santamaría, ese "es el lugar adecuado para que el señor Puigdemont presente sus demandas".

Horas más tarde, Puigdemont daba el no por respuesta. Insistía en la necesidad de una negociación previa con el Ejecutivo y solo en caso de acuerdo someterlo a votación, tanto en el Parlament como en el Congreso de los Diputados. Puigdemont se congratulaba entonces de que con esas palabras de la vicepresidenta el Gobierno reconocía "la posibilidad de un referéndum de autodeterminación en Cataluña".

Lunes, 22 de mayo. Puigdemont visita Madrid, aunque no el Congreso, sino una sala alquilada al Ayuntamiento de la capital. El president aprovechaba ese foro para insistir en su negativa a acudir a la Cámara Baja: "Ese es un error en el que no vamos a participar".

Avanzada la semana, el miércoles, Generalitat y Gobierno central recuperaban el género epistolar. Puigdemont enviaba una carta al presidente Mariano Rajoy con un mensaje: ha llegado el momento de sentarse a negociar una solución para Cataluña. Y 24 horas después, el presidente del Gobierno contestaba también por carta... con otro no por respuesta. No a negociar con quien amenaza con declarar la independencia.

Mientras tanto, el Tribunal Constitucional sigue dando varapalos a la Generalitat. Este mismo viernes desestimaba el recurso catalán contra la Ley que regula el Sistema Nacional de Protección Civil.