Un choque innecesario

Barcelona

Rajoy sorprendió a todos con la rapidez y determinación con que respondió a la carta que le mandó Carles Puigdemont. Tan raro era verle en dos modos inhabituales en él, el modo urgencia y el modo contundencia, que desde entonces todo el mundo ha dado por inaugurada la etapa del choque institucional en la cuestión catalana. Y cada día se da un paso más en la escalada. Choque de trenes es la fórmula usual, aunque más bien es un choque entre un autocar y una motocicleta, dada la desproporción de fuerzas. El nudo está escrito, pero no el desenlace: el gobierno catalán convocará un referéndum y el español lo impedirá. De cómo ejecute el gobierno de Rajoy la operación dependerá el día después. En cualquier caso, con más o menos daños, el conflicto continuará. Probablemente porque lo intuyen, los ciudadanos, el 77% de los españoles y el 95% de los catalanes consideran, según Metroscopia, que Rajoy ha llevado muy mal este problema. Cinco años esperando que se resolviera sólo, para llegar a un choque innecesario.

Podemos siente la amenaza de Pedro Sánchez. Tuvieron al PSOE contra las cuerdas. No supieron aprovechar el momento de oportunidad que el desconcierto socialista les ofrecía porque prefirieron perderse en una batalla interna por el poder en la que dejaron varios girones de su magia. Se las prometían muy felices con la idea de lindar a la derecha con Susana Díaz y reapareció Pedro Sánchez, que es ahora el portador de la bandera del rechazo a los modos y maneras de los viejos partidos. Puede que la fantasía dure poco. Pero el efecto champagne de los primeros momentos, amenaza el espacio de Podemos que en Vista Alegre optó por la vía testimonial. Ahora el momento de oportunidad es para Pedro Sánchez, ¿sabrá aprovecharlo?

“Todo lo que es político es ideológico”, lo dice Emanuel Macron, un liberal particular porque está convencido de la importancia de restaurar el poder del Estado. El papel del político, escribía, es explicar, defender, “una visión de conjunto, un cuerpo teórico de lectura y de transformación social”. Es, para Macron, el único modo de restaurar la acción política más allá de las medidas concretas. Una lección para todos aquellos que sólo saben hablarnos de crecimiento y de reducción del déficit.