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Ocio y cultura

Una de alcachofas

El editorial de Celia Blanco en 'Contigo Dentro'

Getty Images

Madrid

Pocas veces innovamos o nos atrevemos a arriesgar a la hora de pedir en un bar qué cenamos. Nos acostumbramos a los platos de siempre y claro, terminamos pidiendo las mismas raciones, no vaya a ser que echemos de menos habernos quedado en casa.

Con el sexo pasa lo mismo. Pocas veces llevamos nuestra sexualidad por derroteros a los que no estamos acostumbrados. O más bien por esos caminos por los que el resto jamás experimentarían… Igual que todos piden bravas y boquerones fritos; elegimos la postura del misionero noche tras noche. No vaya a ser que innovemos y nos guste algo que no contemplábamos. Imaginen que se atreven a arriesgar. Que se atreven a cambiar la comanda del camarero, a apostar, por ejemplo, por unas alcachofas que cuando las comen en casa ponen mala cara, pero esta noche las piden en Casa Baranda única y exclusivamente por que un día alguien dijo que estaban de pecado. Y les apeteció tentar a la suerte...

Apostaron y arriesgaron. Decidieron que merecía la pena pedir justo el plato que menos gracia les hacía de toda la carta solo por transgredir las normas escritas. Las que apuestan siempre por la misma comanda en el bar que frecuentan hasta que se dan cuenta de que, cuando se dejan sorprender... ¡Siempre ganan!

Volvamos a la cama. Y disfrácense de lo que menos se espera la pareja, celebren el día del orgullo friki follándose a Darth Vader si encarta. O a Caperucita Roja. O a todos los enanitos de Blancanieves... Uno detrás de otro.

Tratando de ser feliz. De innovar. De que el sexo sea lo suficientemente sorprendente como para que no falte jamás en su vida, en sus plegarias, en sus oraciones, en sus anhelos. Aunque se lo reprochen todos los escritos que fueron malinterpretados y elijan pecar. Yo he pecado con esas alcachofas de muerte en Casa Baranda y no solo no me arrepiento; quiero repetir. Fui lo suficientemente valiente para apostar por los productos que se convierten en imprescindibles para mi felicidad y llegaron a revolucionar hasta mi vida sexual.

Para que la vida y el sexo, vengan como vengan, consigamos juntos que puedan ser siempre infinitamente mejores, hasta con alcachofas, si encarta...

 
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