Cuando los hijos eligen profesión y no cumplen las expectativas de los padres

Madrid

Cuando los hijos son pequeños nos suele provocar ternura saber qué quieren ser de mayores. Médico, bombero, peluquero o veterinario son algunas de las profesiones más comunes.  "A partir de los 11 años a los padres nos preocupa si lo que dicen nuestros hijos no cumple las expectativas que tenemos", explica la psicóloga Rocío Ramos-Paúl explica que

"Cuando son más pequeños, con seis o siete años, se dejan llevar más por lo que ven a su alrededor, es más tarde cuando comienzan a dar pinceladas de cuáles son sus intereses", continúa Rocío, que cree que los chavales deben elegir muy pronto lo que quieren ser de mayores. Si la vocación no es clara, la cosa se complica.

Los padres, preocupados si el hijo decide que no quiere estudiar y opta por trabajar

"La desesperación de los padres llega cuando el hijo dice que no quiere seguir estudiando y que prefiere trabajar. Pero, ahí no podemos hacer nada para evitarlo", dice Rocío, quien ha conocido todo tipo de casos. La opción puede ser plantearles compartir gastos de la casa. En ocasiones, según ha explicado la psicóloga, un año después de estar trabajando, deciden que quieren volver a estudiar. "Si no se prohíbe, a veces se consigue el objetivo primordial", concluye.

La profesión de los padres sigue influyendo en la decisión de los hijos. "Si vienen de un entorno familiar donde las letras son importantes, suelen escoger profesiones de ese ámbito o si es la ciencia, irán por ese camino. Es lo más común, lo que conoces, la zona de confort", asegura Rocío.

Agustina tiene dos hijos de 14 y 16 años. "Desde pequeños han querido ser futbolistas. El mayor ha despuntado en todo. Pero siempre le hemos pedimos que el fútbol sea cerca de casa. Hubo un momento que se lo quisieron llevar de un club más importante y se fue. Este año nos ha dicho que va a dejar el fútbol y regresa a los estudios porque es un mundo no competitivo y no le compensa", ha explicado la madre.

"Visitar el Guggenheim en Bilbao hizo que mi hija decidiera que quería dedicarse a construir edificios y ahora estudia arquitectura", ha contado Antonia, convencida de que los hijos tienen que elegir libremente.