Unan las dos palabras: referéndum y pacto

Estamos en otra semana que los aficionados a los lugares comunes consideran decisiva para la llamada cuestión catalana. ¿Y se vislumbra solución? Pues no, pero hace unos días hubo una carta digna de recordar.

La Comisión de Venecia es cosa seria. Organismo dependiente del Consejo de Europa, su misión es asesorar a sus 61 Estados miembros en cuestiones constitucionales. Respondió esta Comisión a la Generalitat, que le había comunicado su intención de convocar el famoso referéndum, con una nítida y enérgica desautorización a esa maniobra unilateral, y recordó al presidente Puigdemont que esa consulta solo podría celebrarse si se ajustaba a la Constitución (española) y se pactaba con el Gobierno de Madrid. Olvídense de otros ensueños, venía a decirles la Comisión.

Optaron los periódicos madrileños por regocijarse del revolcón, lo único que les interesa, sin más atenciones, pero mejor será extraer las justas consecuencias de esa carta, porque volvía a unir dos palabras que los más recalcitrantes de ambos bandos se niegan a conjugar: referéndum y pacto.

Muy posiblemente el organismo del Consejo de Europa ve las cosas con más frialdad jurídica y mejor ojo político y entiende que en saber trabajar esos dos términos está la solución a este despropósito que cada día que pasa más se pudre.

Escuchen esta música intransigentes y fanáticos, de allá y de acá. Repitan todos con este Ojo: referéndum pactado.