Escabechina de libros

Madrid

Hace pocos nos visitó Cayetana Guillén Cuervo para hablarnos de un libro muy emotivo que ha escrito –muy recomendable, además– que se titula “Los abandonos”. Y que narra eso, las pérdidas –o los abandonos– que uno sufre a lo largo de su vida.

Y claro, yo recuerdo que hablamos de la muerte del padre, pero también de las rupturas sentimentales, de los hijos cuando vuelan y dejan el nido vacío, del cúmulo de abandonos que supone la vejez. Y sin embargo nada se decía de los libros; de los propios, de esos que has leído y has decidido conservar; que serán muchos o pocos, pero que los tienes ahí por algún motivo concreto; y que te definen, y que te ayudan.

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¿Cuál debe ser la sensación, cómo debe vivirse el desgarro de tener que renunciar de un día para otro a miles y miles de tus libros? Bueno, pues esto es lo que le ocurre a un escritor, Ricard Ruiz Garzón, que tiene que abandonar su casa en apenas tres semanas. Y como no puede pagar una vivienda donde quepan los 15.000 volúmenes que ha ido acumulando a lo largo del tiempo, se ve obligado a renunciar a 5.000 libros que va a perder en una mudanza forzosa, provocada por esta postmoderna fiebre del oro que consiste en poner el precio o el alquiler de la vivienda a niveles estratosféricos. O sea, que este escritor es víctima por partida doble.