Los nuevos partidos no se van a evaporar

Ese politólogo que lleva usted escondido quiere sacar la cabeza cada vez que se celebran en nuestro entorno unas elecciones, presto siempre a trasladar los resultados a nuestro país.

Tenemos el ejemplo de Gran Bretaña, donde el recio Jeremy Corbyn obtuvo una notable subida, pero también habrá que observar el desastre con el recio Hamon en Francia. Así que el fácil corolario de nuestros comentaristas de que se impone la agenda social y los socialistas patrios harían bien en mirar en la misma dirección que Corbyn necesita algunas matizaciones.

No será este Ojo quien niegue la mayor, pero convendría hacer un análisis un poquito más complejo. Que la izquierda tiene un hueco enorme para trabajar la solidaridad y luchar contra las desigualdades es obvio. Ocurre que donde hay un solo partido de izquierdas, tipo Gran Bretaña, allá que sube el laborismo.

Pero vean qué ha pasado en Francia, que como en España, hay otras fuerzas de izquierda, alguna con el sello de la frescura -cierta o mentirosa- frente a la barba de los vetustos socialistas. De modo que el pastel hay que repartirlo, la guerra ya no es solo izquierda-derecha, sino izquierda-izquierda. Pero si suman Melenchon y socialistas en Francia verán otro panorama.

Métanse en la cabeza que los nuevos están ahí y ahí van a seguir, millón más, millón menos. ¿Verdad que es fácil de entender?