¿De verdad que siguen siendo medios de referencia?

Algo extraño pasa en un país cuando ocurren ciertas cosas y buena parte de los principales periódicos –conocidos antaño como medios de referencia- las silencian o, cuando menos, las reducen casi a un breve, allá escondidas en un rinconcillo, mientras llenan páginas con trivialidades y chascarrillos.

Veíamos hace bien poco cómo el informe exculpatorio del Banco de España –no exijan mucho, que nosotros estamos para hacer estudios- contaba que se han esfumado, o para hablar en plata, nos han robado 60.000 millones, que se dice pronto. Pues en páginas interiores, no vaya a ser que el respetable se entere más de lo debido.

Se repite estos días, cuando los secretarios generales y sus vicesecretarios del partido que nos gobierna están haciendo el paseíllo por las dependencias de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, donde se celebra el juicio del caso Gürtel, que esos mismos medios tratan con el aburrimiento del noble ante las calamidades de sus siervos.

¡Qué pesados, dicen, otra vez hablando de corrupción, como los rojos! Cuánto mejor entretenernos con los multimillonarios futbolistas, que ocupados como están en correr la banda, no tienen tiempo para cuidar las declaraciones de Hacienda, que conocer los sospechosos silencios y sobrevenidas amnesias de los Cascos, Arenas, Rato, Mayor Oreja o Acebes. ¿Y no será que han dejado de ser medios de referencia precisamente por estas ominosas ausencias?