La derecha se blinda, la izquierda busca entenderse

Barcelona

La derecha se blinda, la izquierda busca entenderse. Una vez más se confirma que el centro es un lugar efímero, por mucho que Rivera se empeñe en estar en todas partes. Este el balance que nos dejan dos días de reuniones cruzadas. El encuentro de hoy entre Sánchez y Rivera estaba marcado por la escenificación de ayer con la comida entre Rajoy y Rivera: la misión de Ciudadanos es blindar a la derecha de cualquier asalto de la izquierda. Con lo cual para hoy solo quedaba la letra pequeña: limitación de mandatos, incompatibilidades y otras cuestiones menores. Rivera ha olvidado rápidamente sus promesas de hace un año: hay que desplazar a Rajoy. Y así el eje de la vida política se desplaza ahora a la prueba del otoño catalán. El desenlace de este episodio definirá el futuro inmediato. Y la izquierda no puede optar por el seguidismo ciego de Rajoy. El día después, alguien tendrá que abrir el espacio de la transacción.

Con toda la razón del mundo, la oposición reprobará a Montoro por la amnistía fiscal que el Tribunal Constitucional ha declarado nula de derecho. Un patinazo de esta envergadura, de efectos que el mismo Constitucional considera ya irreparables, no debería pasar sin la asunción de responsabilidad política por parte de quien hizo la pifia. Montoro estaba ahí y a él le corresponde pagar por su jefe, a fin de cuentas los ministros son parapetos de los presidentes. Y, sin embargo, tengo que reconocer que Montoro me cae simpático. Desde hace ya un cierto tiempo, gente con dinero y en especial altos ejecutivos, le llaman el ministro socialdemócrata y algunos incluso el ministro rojo. Dicen que les hace pagar más de lo razonable. Si es asi, seguro que Montoro tiene razón.

Excusada por amor. Betarice Huret, del Frente Nacional, se enamoró del profesor iraki Mokhtar y ayudo a él y algunos amigos en su intento de alcanzar el Reino Unido desde Calais. El Tribunal ha reconocido la fuerza del amor y aún condenándola la ha eximido de la pena prisión. ¿Por qué el amor sí y la solidaridad no? Sabemos que lo legal y lo moral no forzosamente coinciden, pero precisamente por eso resulta doloroso que una persona que ayude generosamente a refugiados en situación desesperada, puede encontrarse con problemas judiciales. Es la ley, sin duda. Pero no por ello deja de ser inhumano.