¿Perros o dueños peligrosos?

Madrid

Una niña de tres años lleva una semana ingresada en un hospital de Lleida tras sufrir el ataque de un perro de raza peligrosa que iba sin atar y sin bozal y que paseaba otro niño. La niña atacada vive de milagro porque la dentellada quedó a unos milímetros de la femoral. La ley española establece desde hace 15 años duros requisitos, entre ellos un seguro de responsabilidad civil y una prueba psicotécnica, a quien desee tener un perro de una de las ocho razas consideradas altamente peligrosas. Holanda prepara una legislación que va más lejos: amplía hasta 20 la nómina de razas y establece un curso obligatorio para los potenciales dueños.

Todo está muy bien. Pero como se ve con la niña atacada en Lleida la letra de la ley no es suficiente si los ayuntamientos no controlan, la policía no vigila, los vecinos no denuncian, los psicólogos no atinan con el test o si los dueños que lo superan se pasan los decretos por el arco y después de pasar el examen psicotécnico dejan a la fiera sin atar, sin bozal y al cuidado de un niño. Porque peor que un perro potencialmente peligroso es un dueño efectivamente peligroso.