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"Le apalearon hasta la muerte por ser gay"

La activista ugandesa Kasha Nabagesera explica la situación de la comunidad LGTBI de su país después de la 'ley antihomosexuales'

Kasha Nabagesera (Uganda): 'Querían acabar con nuestra existencia'

Kasha Nabagesera (Uganda): 'Querían acabar con nuestra existencia'

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Madrid

Han pasado 48 años desde las redadas del pub de Stonewall y todavía hay 72 países en el mundo que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. 13 de ellas han aprobado leyes que contemplan la pena de muerte para la comunidad gay, según datos de Amnistía Internacional.

Por el contrario, 73 países han incorporado leyes contra la discriminación en el trabajo del colectivo, 9 de ellos han incluído en su constitución la prohibición expresa de discrimina a las personas por su orientación sexual y en 23 han aprobado la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, el último Alemania este mismo viernes.

Uganda es uno de los países más intolerantes de África y del mundo. La homosexualidad está prohibida allí desde los años 50 del siglo pasado. En febrero de 2014, su presidente aprobó la ley "antihomosexual", un reglamento que penalizaba las relaciones con personas del mismo sexo, inicialmente con la pena de muerte algo que después se cambió por la cadena perpetua.

Kasha Nabagesera es una de las activistas que se enfrentó a aquella ley y sigue luchando por los derechos del colectivo LGTBI a pesar del riesgo. Es directora de la única publicación de la comunidad gay en toda África y ha visitado Madrid como invitada a una de las conferencias del World Pride... hemos bajado a la calle para hablar con ella...

¿Cómo vive la comunidad LGTB de Uganda después de que esa ley de caza al homosexual se haya suspendido?

Bueno... la situación no ha cambiado mucho porque el daño ya está hecho con la aprobación de esa ley. Si que estamos viendo una bajada en el número de agresiones porque la gente se está dando cuenta que el Tribunal Constitucional la declaró ilegal. Desafortunadamente, la semana pasada un portavoz del Parlamento anunció que iban a aprobar una nueva ley anti homosexual. Esa es nuestra principal preocupación hoy en día... que se apruebe una nueva ley. Nos tememos que vuelvan a suceder cosas como las que pasaron con la anterior ley y nos preocupa que puedan aprobar otra.

¿Qué planteaba la anterior ley?

La anterior ley proponía la pena de muerte para los homosexuales. Planteaba la obligación de denunciar a cualquiera si sabías que era homosexual bajo amenaza de cárcel si no lo hacían. También planteaba la prohibición de alquilar una casa a cualquier sospechoso de pertenecer al movimiento LGTBI. También estaba prohibido hablar. Hacer esto que estamos haciendo -hablar en la calle- estaba prohibido... podría ir a la cárcel por ello. Lo que intentaba esta ley era acabar con nuestra existencia en el país. Nos prohibían seguir reuniéndonos y organizando talleres... El simple hecho de decir que eras gay era ilegal. Es por todo esto que luchamos duramente para que esa ley no entrara en vigor porque iba a complicar mucho nuestras vidas.

Con esa ley no podrías llevar ese brazalete multicolor que luces en la muñeca...

Sí... este brazalete arcoiris. Exactamente estaba prohibido todo aquello que promoviera la homosexualidad... y quizás este brazalete podría ser considerado promoción del colectivo. Podría enfrentarme a la cárcel por ello. Afortunadamente fuimos capaces de luchar contra la ley y esperamos ser capaces de luchar también contra cualquier otra ley que propongan en ese sentido...

¿Cuáles han sido las consecuencias de la entrada en vigor de aquella norma?

Hemos visto, por ejemplo, como muchos miembros de nuestra comunidad se han ido del país en calidad de refugiados a otros países del mundo. En este momento, calculamos que hay 457 miembros de nuestra comunidad considerados refugiados por su homosexualidad que está viviendo en los campos de Kakuma y en los suburbios de Nairobi. La prensa ha expuesto a esas personas públicamente y sus familias reniegan de ellos. Pierden sus trabajos... los atacan... los efectos de la ley han sido terribles. absolutamente terribles. Hemos visto cómo han arrestado a gente, cómo la han encarcelado. Hay personas encarceladas en Uganda por su condición sexual. Todo eso está pasando todavía...

¿Qué es lo peor que te ha tocado ver?

Perder a un compañero, uno de mis mejores amigos. Fue apaleado hasta la muerte. Hemos visto a gente obligada a ejercer la prostitución porque no tienen trabajo, son personas sin techo que viven en la calle y la prostitución les expone al contagio del VIH... hay un alto porcentaje de contagios en la comunidad... Y también hemos visto mucha gente que intenta suicidarse porque las condiciones son muy duras e insorportables para ellos.

¿Por qué apalearon a tu amigo?

Por su condición sexual...

Pero... ¿cómo supieron la sexualidad de tu amigo?

Porque la prensa nos expuso públicamente. Publicaron nuestras fotos en la portada de un diario diciendo que había que colgar a los homosexuales. Su cara aparecía en una de esas fotos así que le pusieron en riesgo.

Gente que piensa en el suicidio... ¿de qué edades estamos hablando?

Principalmente los jóvenes... Porque son expulsados de las escuelas, sus padres les repudian, se convierten en "homeless"... Así que pierden toda esperanza. No tienen familia, no tienen trabajo, no pueden seguir con su educación. Y esa situación se vuelve insoportable para ellos... Nosotros hemos sido capaces de consolar a muchos de ellos. Pero hay casos muy diversos y hemos visto a algunos morir en los campos de refugiados porque la situación en Kenia es la misma que en Uganda. La única esperanza que tienen es poder llegar a Europa o a Norteamérica.

Quizás también son marginados por los otros refugiados...

Sí. Hay ataques. Vemos ataques cada semana por parte de los otros refugiados porque cuando se dan cuenta que vienen de Uganda piensan que es probable que sean homosexuales. Uganda es el único país de la región que no tiene un conflicto abierto en marcha lo que significa que los refugiados de Uganda que están en los campos han escapado de la ley anti homosexual. Y sí, hay ataques de otros refugiados.

Y la última pregunta Kasha tiene relación con tu trabajo en la revista -la única revista LGTBI de toda África- ¿Qué diagnóstico haces de la situación de la comunidad homosexual en el continente?

Mi visión es que todavía nos queda un largo camino por recorrer... todavía nos queda lucha que afrontar. Pero se van consiguiendo avances como la creación de una comisión para los derechos fundamentales de las personas. Hay otra comisión de lesbianas que acaba de recibir el estatus legal pero todavía hay peligros que afrontar en todo el continente. Tan sólo Sudáfrica tiene leyes que protegen al colectivo. Son leyes progresistas aunque comprobamos que no son suficientes porque sigue habiendo mucho odio y agresiones al colectivo. Estamos viendo violaciones colectivas... asesinatos. No se trata sólo de cambiar leyes sino también de cambiar actitudes. Así que sí que nos queda un largo camino para cambiar la mentalidad de la gente. Va a ser duro cambiar la mentalidad de los africanos y convencerles de que somos tan africanos como ellos.

 
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