Calentones a solas

Madrid

Casi siempre que pensamos en sexo lo hacemos imaginando a dos personas metidas en faena. No consideramos a aquellos que por diferentes motivos no duermen cada noche acompañados. Los que han elegido no tener pareja. Los que no han elegido estar solteros pero no van a dejar de estarlo a cualquier precio. Los que han perdido a la persona amada y a veces les cruje un poco el alma cuando recuerdan tiempos que no vuelven. No tener pareja no significa estar solo; implica no estar siempre acompañado. También los que tenemos pareja, pasamos a solas el tiempo suficiente de cargar pilas para seguir siendo nosotros mismos.

A solas hay mucho sexo. Los juguetes sexuales funcionan, ¡vaya si funcionan! Hemos dejado de llamar “consolador” a lo que no nos consuela, si no que nos satisface. La primera vida sexual que nos debería interesar es la nuestra. Y puesto que cada uno nos calentamos de una manera, estaría bien descubrir todas las posibilidades de cada uno.

Me caliento leyendo una novela bien escrita con la que se me acelere la respiración.

Me caliento acariciándome mientras elijo escenas pornográficas exquisitas.

Me caliento escribiendo mensajes en los que pueda describir cómo quierochuparla.

Me caliento leyendo mensajes en los que me cuentan cómo pretenden follarme.

No sé ustedes, pero yo estoy perfeccionando la técnica del chorro de agua entre las piernas…

Es lo bueno de los calentones a solas.. Que puedes tardar todo el tiempo que quieras...