¿Secuestramos imágenes?

Madrid

En el aniversario del brutal atentado de Niza, la revista Paris Match ha publicado un reportaje con imágenes inéditas y explícitas de la masacre que han provocado la denuncia de las víctimas y una reacción salomónica de la justicia: no ha retirado las revistas de los kioscos, como pedía la fiscalía, pero ha prohibido nuevas ediciones de la publicación. Una especie de secuestro preventivo.

La publicación de imágenes explícitas sobre sucesos violentos siempre provoca polémica. En la sociedad y en el seno de las redacciones. Por muy bien que se escoja el ángulo, el plano, el zoom, el enfoque y la textura de la imagen siempre habrá quien pida más o quien se sienta herido por la escena. Y después está la distancia que hace que – con pavor, eso sí – aceptemos imágenes de niños palestinos asesinados que no soportaríamos si las criaturas fuesen de Valladolid. Pero aparte de la reflexión general, en este caso cabe una pregunta concreta: ¿aportan alguna información de valor estas imágenes respecto a lo que ya conocíamos sobre el crimen? Porque si no es así, no merece ni la pena ni la tirada arriesgarse a ofender la memoria de las víctimas.