La montaña rusa de los Kinks

Madrid

Los músicos de los Kinks eran estrellas antes de ser hombres, siendo unos chavales de 19 años -el más mayor- asaltaron las listas de éxito de Inglaterra con una serie de canciones que se convirtieron en himnos de la juventud británica de los años sesenta.

Aquel brillante fogonazo inicial eclipsó una carrera de más de treinta años de discos ajenos a las modas, a lo que se podía esperar de ellos. Durante toda su carrera, Ray Davies ha hecho siempre lo que ha querido ajeno al público y la prensa, una crítica que ha sido especialmente cruel con algunos de los trabajos de los Kinks.

El viaje musical de los Kinks abarca treinta años y un centenar largo de canciones. Sonados fracasos e inesperados éxitos. Peleas, disparos, divorcios e intentos de suicidio. Distintas etapas musicales en busca de conjugar lo nuevo y lo de siempre en algo especial. La historia de la longeva banda británica ha dado para un magnífico libro, Atardecer en Waterloo (Ed. Silex). Manuel Recio, su autor, se sienta en el Sofá Sonoro para recorrer las victorias y las derrotas de los Kinks. Un viaje que comienza en la infancia de los hermanos Davies, que nos cuenta Lucía Taboada. Pero para entender la importancia de la banda hay que entender cómo era aquel momento y aquella sociedad y nos adentramos en ella de la mano de Michael Robinson.

La excitante carrera de los Kinks da para las 800 páginas que ha escrito Manuel Recio o incluso para un serial. Nosotros solo teníamos una hora...

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