Los sondeos no maquillan la impopularidad de Macron

Madrid

Los 26.000 euros que Emmanuel Macron ha gastado en maquillaje no han surtido el efecto deseado entre la opinión pública francesa. Según el sondeo mensual que publica el diario dominical le Journal de Dimanche, el presidente francés sigue bajando en su popularidad: un 57% de los encuestados se muestran descontentos de la gestión llevada a cabo durante los tres primeros meses de mandato. Un 14% más de lo que arrojaba en julio la encuesta realizada por el instituto demoscópico Ipsos. Desde que se realizan estos sondeos de opinión, nunca antes la popularidad de un presidente de la República francesa se había reducido tan rápidamente.

Los motivos son variados: las primeras medidas fiscales que han afectado a los jubilados, el recorte de algunas ayudas sociales y, sobre todo, las filtraciones sobre la reforma laboral que Macron prometió durante su campaña y cuya redacción acaba de cerrar en concertación con la mayoría de los interlocutores sociales. No todos, porque el sindicato CGT -segundo en importancia- ya ha anunciado su rechazo frontal en la calle en lo que se prevé un otoño social caliente en Francia.

También ha influido en el descenso de popularidad, la polémica destitución del Jefe del Estado Mayor del Ejército en plena Fiestal Nacional de 14 de Julio por haber manifestado abiertamente al presidente el recorte de 850 millones de euros previsto para este año en el presupuesto del ministerio de Defensa.

En cualquier caso, Macron se beneficia de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional que los franceses concedieron en junio a su formación política, ¡En Marcha!, y la crisis que viven las principales formaciones políticas tras las elecciones presidenciales. Por otro lado, su esposa, Brigitte, parece gozar de toda la popularidad que se le escapa al joven presidente porque su aparición en la portada del último número de la revista Elle ha supuesto unas ventas record de más de medio millón de ejemplares.

En la misma edición del Journal de Dimanche, la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, marca las distancias con Macron y se compromete con el reflotamiento del Partido Socialista, que, a su juicio, debe ser realmente socialdemócrata y ecologista. Hidalgo, sin decirlo abiertamente, no oculta su ambición de disputar la presidencia de la República a su actual inquilino tras haber sido una de las voces más críticas del PS con François Hollande.