Los dos han fracasado

Barcelona

2 de octubre, la fecha que habíamos marcado en el calendario como el día después, el día en el que tendría que empezar la negociación, el diálogo, la búsqueda de soluciones para la crisis catalana. Pero antes de llegar al 2, teníamos que pasar por el 1 y de cómo acabara esa jornada dependía lo que pudiera pasar después.

Y la jornada acabó mal, muy mal. Con un desgarro emocional y político de enormes dimensiones. Desgarro en la sociedad catalana, en la gente que vivió o que vió la represión policial. Puede que los independentistas sigan siendo los mismos pero hoy hay mucha más gente que se ha desconectado emocionalmente de esa España que representa Mariano Rajoy. Y desgarro político, por la responsabilidad de Gobierno y Govern en todo lo que pasó. Mariano rajoy habrá exhibido toda la fuerza del Estado, policial y judicial, y Carles Puigdemont habrá conseguido que los independentistas voten en un referéndum sin ninguna garantía y además con la fotografia de la policia pegando a pacíficos votantes. Los dos creen que han conseguido su objetivo. Pero los dos han fracasado.

A Mariano Rajoy le piden explicaciones desde la ONU y desde Europa, imágenes de violencia policial contra pacíficos ciudadanos en un país europeo en pleno siglo XXI. También debería dar explicaciones Puigdemont, mantuvo una convocatoria a pesar de haber sido suspendida por el Tribunal Constitucional y expuso a sus ciudadanos.

Y así nos hemos plantado en el dos de octubre. Y cuando consigamos superar la desolación que sentimos tras tener la prueba definitiva de la ineficacia de las dos partes nos toca exigir negociación, diálogo, Po-li-ti-ca. Con todas sus letras . Sin condiciones, sin líneas rojas, con la mediación de quien quieran, en el Congreso o en un bar, donde quieran pero que se sienten. Ni los catalanes ni los ciudadanos del resto de ESpaña se merecen, nos merecemos tanta incompetencia.

Y esperemos que mientras se sientan nadie tenga tentaciones de pronunciamientos unilaterales, ni más apelaciones a la legalidad y a las leyes, que les requisen las cerillas a los dos pirómanos. Ya basta, esto ya sabemos las consecuencias que tiene.