Idiotas y fanáticos
¿Alguien puede intentar intentarlo al menos que baje la temperatura? ¿De verdad no ven –no vemos–hacia lo que nos dirigimos?
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Madrid
No sé si es sólo una metáfora o es que a los autores de la idea se les ha agotado la esperanza, pero aquellas pancartas de “hablemos”, en Barcelona, y “parlem”, en Madrid, han desaparecido. Cosa que no me extraña, porque cada día resulta más complicado reivindicar el diálogo; bueno, complicado y en ocasiones casi heroico porque te ponen directamente a bajar de un burro.
La opinión (03/10/17) - 'Idiotas y fanáticos'
02:30
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Me da igual, yo lo pienso seguir defendiendo, insisto en que nuestra obligación como periodistas –en esta coyuntura– creo que incluye no enredar más de la cuenta, medir mucho las palabras, e intentar que el incendio no se haga más grande.
Porque de pirómanos ya vamos sobrados; el portavoz parlamentario del Partido Popular, por ejemplo, Rafael Hernando, no se ha cortado en decir que en Catalunya algunos partidos desean que haya muertos y que la huelga general de hoy, eso que han llamado “huelga de país”, es de corte nazi. Hombre, decir eso cuando el país, Catalunya, está prácticamente paralizada, con decenas de miles de personas en la calle que protestan por las cargas policiales del domingo pues no parece lo más oportuno, ni lo más recomendable; pero no creo que le importe un comino.
Él dirige los insultos contra sus rivales políticos, que merecen críticas, muchas, –sin duda– pero –queriendo o sin querer– se lleva por delante el sentimiento de un montón de catalanes –y catalanas– que se han sentido ultrajados, pisoteados por esa actuación policial.
Se podrá estar más o menos de acuerdo con ese sentimiento, pero está ahí, y es muy masivo. ¿Costaría tanto hacer un esfuerzo por leerlo, por tratar de entenderlo? ¡Simplemente tenerlo en cuenta! y luego podemos –y debemos– hablar también de los escraches en los hoteles donde están alojados policías y Guardias Civiles. Y de esa reclamación ventajista que ha planteado el President de la Generalitat exigiendo su salida de Catalunya. Otro incendiario, otro pirómano; todos tensando la cuerda.
Yo creo, sinceramente, que lo del domingo, las imágenes de violencia que ha podido ver todo el mundo, marcan un antes y después. Para mí, personalmente, resultan intolerables, hubo excesos tan evidentes que sonroja escuchar algunas de las defensas –o justificaciones– que se hacen. En cualquier caso, para mí lo más relevante de ese domingo, de ese 1 de octubre, es lo que tiene de aviso, de advertencia.
Por favor, ¿alguien puede intentar intentarlo al menos que baje la temperatura? ¿De verdad no ven –no vemos–hacia lo que nos dirigimos? ya no sé si me dan más miedo los fanáticos o los idiotas. Y no estoy insultando a nadie; es sólo una descripción del paisaje.