Memoria y salud mental

Madrid

Presentamos #VidasEnterradas, un proyecto periodístico del programa “A vivir” que, junto al fotoperiodista Gervasio Sánchez, rescatará la vida y la muerte de algunos de los olvidados de la historia de España. Olvidados por las instituciones, por los políticos, pero no por las madres, los hermanos, los nietos y biznietos que durante décadas no han dejado de preguntarse por el destino de las miles de personas que fueron un día arrancadas de sus hogares tras un golpe de estado, una guerra, y una larguísima dictadura. Muchos, demasiados, la inmensa mayoría, siguen sepultados en algún rincón, en alguna cuneta, en alguna fosa, allí donde fueron asesinados y la tierra quiso tapar la verdad.

Dedicamos el primer episodio de #VidasEnterradas a Manuel España Gil, un jornalero de La Lantejuela, Sevilla, asesinado el 17 de septiembre de 1936, pero también a su nieta Mari Carmen. Fue ella quien preguntando y preguntando, fue encontrando respuestas a las preguntas que siempre habían rodeado la muerte de Manuel.

Mari Carmen y muchos otros familiares de desaparecidos son, como ella dice, “la columna vertebral del memorialismo en España”, sin embargo, recorrer el camino de la memoria es solitario y duro. Nos lo explica ella misma y Pau Pérez, Psiquiatra, Director del Centro SIRA de atención a víctimas de tortura y coordinador, junto a Susana Navarro, del Consenso Mundial de principios y normas mínimas sobre trabajo psicosocial en procesos de búsqueda forense para casos de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales. Su experiencia dando apoyo psicosocial a las familias en procesos de exhumación de fosas comunes en países tan distintos como México, Guatemala, Colombia, Perú, y también en España, avala las reflexiones sobre un proceso tan complejo, como doloroso y reparador.

La historia de Manuel España Gil

Fotografías de Gervasio Sánchez en la fosa de Puebla de Cazalla