Lo que hizo un periódico

Lo contó la semana pasada la SER: un diario alemán que se llama Der Tagesspiegel ha publicado los nombres de 33.293 personas que una ONG ha conseguido ir identificando a lo largo de más de una década y que murieron ahogadas en el Mediterráneo sin alcanzar tierra europea, cuando huían de la guerra o del hambre. 33.293 nombres ocuparon exactamente 48 páginas del periódico de Berlín. Junto a cada nombre, los periodistas alemanes se esforzaron para añadir su edad, si era mujer u hombre, cuál era su región de origen y donde fue encontrado su cuerpo, en qué mar o en qué playa, Uno a uno, esos nombres y apellidos terminaron por poner cara a miles de hombres, mujeres y niños que dejaron de ser números para convertirse en náufragos que bracearon en el mar y a los que no quisimos o pudimos ayudar.

Dedicar 48 páginas a dejar constancia de esos nombres es un esfuerzo periodístico memorable, al que deberíamos estar todos agradecidos y sobre el que deberíamos recapacitar. Seguramente si se publicaran diariamente los nombres de las víctimas de actos de terrorismo en todo el mundo, y no solo cuando ocurren en Europa o en Estados Unidos, y si cada semana supiéramos quiénes eran los que murieron cerca de nuestra puerta, si supiéramos cómo era su pueblo de origen, su familia, su cara, no lo soportaríamos. Necesitamos deshumanizarlos, convertirlos en estadísticas para soportar la vergüenza. Por eso es tan importante que un periódico se niegue a participar en ese engaño.