Juguetes en mi cama

Madrid

Mi fantasía sexual no cumplida, quiero creer que planificación de posibilidades a hacer, es tener a dos hombres entre mis piernas. Por ahora no tengo mucha suerte, así que tiro de juguetes para sumplir las ausencias pertinentes. Con uno de mis falos falsos suplo la falta de santo varón extra que quiera quererme solo a medias. Que disfute viéndome disfrutar sin él. Que le ponga cachondo acariciarme a cuatro manos, penetrarme a dos bandas, besarme a tres bocas. Juguete divino, haznos gozar exactamente igual que si, de verdad, hubiera convencido al de siempre para que haga hueco en ese lado de nuestra cama...

Al mozo harto de carne, que lo aderece el fraile.

Me salva en esto de los juguetes, que a solas les he cogido el truquillo. No necesito mucho más que tener cuarto y mitad de ganas y que suene la música elegida para que yo pueda hacer de las mías. Las mías que son dejarme seducir por un vibrador con varias velocidades. Prefiero los que penetran y hacen como si lamieran a la vez; que los hay, se lo aseguro. Han mejorado mucho en las últimas décadas. Dulce silicona médica de mi perdición, ruega por nosotros, pecadores. Usarlos acompañada me fascina, pero antes de ni siquiera intentarlo, tuve a bien dominar las instrucciones lo suficiente como para que si me fallaba la compañía, no cayera en la frustración.

He usado y uso juguetes. Tantos como para saber que sí, síempre, como en los test, quiero jueguetes en mi cama.