Oímos, vemos y hablamos

Revoloteo de banderas catalanas y esteladas en Bruselas en una gran manifestación, 45.000 asistentes, dice la policía belga, para arropar al turista Puigdemont. Entre otros gritos y consignas, se corearon con vítores y aplausos todas las referencias de los enardecidos oradores al totalitarismo e incluso al franquismo en el que viven los gobernantes de Madrid. Podríamos imitar a los tres monos sabios, que ni ven, ni oyen ni dicen lo que piensan, pero este Ojo hace tiempo, ustedes son testigos, que perdió el recato y hasta la vergüenza, así que gritemos algunas conclusiones. La primera, que el independentismo aprieta, y que haríamos mal pan si creyéramos que el 155 les ha barrido del mapa. De eso nada. Ahí tienen la encuesta de El Periódico, que señala un importante aumento del voto para la formación de Puigdemont, tanto que igualaría a Junqueras. Pero conviene, además, que interioricemos que mientras este gobierno reaccionario e inútil esté instalado en La Moncloa, Europa y el mundo entero se ríe de nosotros, mientras Portugal, tan pequeñita y tan contestaria se lleva cargos y más cargos. ¿Para qué besarle los zapatos a Merkel, aceptar todas las estrecheces que nos imponen, destrozos en sanidad, educación, investigación, dependencia, pensiones, si además nos insultan con los repartos? ¿Oigo protestas por lo de franquistas? Pues saquen, de una maldita vez, al dictador de su tumba. Para empezar.