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La burbuja de la marihuana

La legalización para uso recreativo en Canadá ha disparado la cotización en bolsa de las empresas de cannabis

Los números, sin embargo, podrían encerrar grandes riesgos

STG07. SANTIAGO (CHILE), Una planta de marihuana en el club cannábico Greenlife en Santiago (Chile). El inminente cambio de Gobierno en Chile genera inquietud en quienes usan la marihuana con fines medicinales, una práctica en auge cuyo beneficio es puesto en duda por miembros del futuro Ejecutivo y que en la actualidad se encuentra en una situación legal ambigua. La presidenta saliente, Michelle Bachelet, aprobó mediante decreto el "uso de cannabis para la elaboración de productos farmacéuticos de uso humano". / ELVIS GONZALEZ EFE

Cuando a Bernardo Soriano le mencionan la marihuana es uno de los pocos que no deja escapar una sonrisa. Para él, tras cuya espalda, en el despacho, cuelga una reproducción del Guernica de Picasso en el que la mano del suelo sostiene un cogollo junto a la espada rota, el cannabis es algo serio, muy serio, su trabajo. Soriano dirige un despacho de abogados especializado en asuntos de cannabis y es portavoz de la plataforma Regulación Responsable, la que ha cambiado el clásico lema de 'legalización' por el de 'regulación'. Y eso es lo que augura, una ola de cambios legales dirigidos a abrir el mercado de la marihuana legal en el mundo, oportunidades de negocio que ya están aprovechando los más avezados.

"Si tantas compañías tan potentes invierten tal cantidad de dinero en cuestiones por las que hace unos años nadie hubiera dado un duro debido a su estatus legal, es porque creemos que habrá cambios", afirma Soriano. La legalización de la marihuana para uso recreativo en California, el mayor mercado legal mundial con sus casi 40 millones de habitantes, y el próximo verano en Canadá (36 millones de habitantes), ha disparado las expectativas de los inversores. En los últimos meses la distribuidora de bebidas alcohólicas Constellation Brands, responsable de marcas como la cerveza Corona, ha invertido más de 190 millones de dólares en comprar el 10% de Canopy Growth, una productora canadiense de cannabis para uso medicinal, al menos hasta ahora, que se encuentra entre las empresas más potentes del incipiente sector.

Un gran grupo español, Torreal, ha fijado también su vista en la marihuana. El conglomerado que lidera Juan Abelló, uno de los hombres más ricos de nuestro país, puso a la venta a finales de 2017 su monopolio del opio legal en España, Alcaliber, al tiempo que empezaba a mirar a la marihuana. A través de Alcaliber, Torreal exporta casi un 30% de toda la producción mundial de morfina y cuando anunció la puesta en marcha de la operación de venta, sus beneficios habían crecido un 11,6% con respecto al año anterior hasta alcanzar los 10,3 millones de euros netos. Ganaba dinero pero mientras anunciaba su intención de venderla cerró una alianza estratégica con Canopy Growth, una suerte de transición, aun no completada, de los opiáceos al cannabis. Desde hace una semana, el hijo menor de Juan Abelló, Miguel Abelló, de 39 años, ha pasado a ser vicepresidente de Torreal en un movimiento que se ha interpretado en la prensa económica como el inicio de un relevo generacional.

A mayor velocidad que los consejos de administración se mueve la bolsa. Las grandes compañías del cannabis han experimentado un espectacular crecimiento del valor de sus acciones en apenas unos meses. Aurora Cannabis, productora con sede en Vancouver, ha crecido un 400% en el último año. En el mismo periodo de tiempo, Canopy se ha valorizado en un 250%. Inditex, la multinacional textil, ha visto caer la cotización de sus acciones en los últimos 12 meses en un 15% aproximadamente, mientras que el conjunto de las empresas del Ibex 35 ha crecido solo en el entorno del 3,4%. Nada se compara a las cifras del cannabis. 

Marihuana entre despachos

La mañana de la entrevista con la SER, el abogado del cannabis ha estado ejerciendo de portavoz. Viene de reunirse con varios diputados de la Asamblea de Madrid. Es parte gruesa de su labor diaria: sentarse con políticos y acercar posiciones con la esperanza de sacar la marihuana de la clandestinidad en España. "Todos los partidos salvo el PP nos han mostrado algún grado de apoyo y hemos presentado iniciativas en casi todos los parlamentos autonómicos", explica Soriano. Aunque el Constitucional ha tumbado hasta ahora las más relevantes. La ley va por detrás del dinero y "vendrán a descargar al puerto de Valencia y nos comerán la tostada", lamenta.

En una de las fotografías que muestra su ordenador, el abogado aparece en una sala con estrado y paredes de madera, rodeado de corbatas y trajes de chaqueta de mujer. Ha recorrido todo el país con su mensaje, pero esto es Bruselas. Como figura en el dorso de un enorme manual sobre la regulación, varios de estos proyectos han contado con la financiación de la Open Society, la fundación creada por el magnate húngaro George Soros. El abogado, sin embargo, no vive más que de su actividad profesional en el despacho y si el dinero que le pagan por sus casos va en gran parte a parar a la promoción de la regulación, es porque la marihuana le llamó mucho antes que la carrera de derecho. Lo suyo, dice, es cuestión de pasión por este mundo, aunque otros se muevan por rentabilidad.

Alta rentabilidad, alto riesgo

"La gente no puede pensar que una empresa solo porque esté cotizada es una garantía de algo, porque Gowex también estaba cotizada. Deben acordarse de la película de 'El lobo de Wall Street', cuando el protagonista llega a esa empresa que vende bonos del mercado basura sin ningún tipo de control y crean una burbuja. Pues la gente debe saber que los bonos basura siguen existiendo", advierte el periodista económico y experto en cannabis Hugo Madera. Parte de la millonada que flota en torno a la marihuana legal es humo, el producto de jugadores que saben enriquecerse y desaparecer, explica.

El mecanismo es el de toda burbuja económica. Los empresarios organizan ruedas de prensa, explican a los posibles inversores que les espera un dineral, inflan así el valor de las acciones y al final, detrás del telón, no hay nada. Por eso, el periodista económico pide gran prudencia. "Aconsejo a la gente invertir en valor, tener mucho cuidado y, sobre todo, revisar los libros de la empresa (en la que van a poner su dinero), mirar muy bien la contabilidad. Ver que el negocio sea real y asegurarse de que están invirtiendo en una empresa con clientes, proveedores... con economía real."

Porque en el campo del cáñamo hay empresas de actividad y riqueza muy tangibles. La compañía española Positronics es una de las grandes surtidoras del mercado uruguayo, donde el cannabis recreativo es legal desde hace más de un año; y Miquel y Costas, productora de papel de liar, cuenta también con una actividad definida y legal en España. Lo que ocurre en otros casos es que, incluso las grandes como Canopy o Aurora Cannabis, con una base de negocio a priori sólida, cotizan en Norteamérica en mercados no regulados, los llamados OTC. En ellos no existe vigilancia del Estado, no hay ningún mecanismo de control, solo impera la ley del dinero y de las expectativas, como quiera que estas se creen.

"Los que quieran invertir ya en estas compañías de mercados no regulados que tengan claro que su inversión puede ir muy bien y multiplicar, porque sean realmente farmacéuticas pequeñas que se estabilicen, o pueden perderlo todo", afirma Madera. El abogado Bernardo Soriano admite que este es uno de los riesgos que puede provocar una burbuja. "Al ser mercados no regulados, no tienen todas las garantías de inversión. Se basan, sobre todo en EEUU, en una cuestión muy volátil: las regulaciones a nivel estatal y al margen de la federal, que es férrea a día de hoy".

El otro 'pero' al atractivo flujo de dinero es la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el organismo internacional que vigila el cumplimiento de los tratados antidroga en el mundo. El JIFE no acepta la legalización de la marihuana recreativa en ningún caso y el gobierno canadiense habrá de hacerle frente, pero eso no parece preocuparle en exceso.

El año pasado, los canadienses se gastaron unos 3.800 millones de euros en marihuana. Chuck Riffici era el tesorero del Partido Liberal cuando el entonces candidato a primer ministro, Justin Trudeau, se presentaba por este partido. Hoy, el segundo dirige el país y el primero la Cannabis Wheaton Income Corp, financiera e intermediaria para proyectos de cannabis, además de ser uno de los fundadores de Canopy Growth.

Todavía con espacios para la incertidumbre, el mercado del cannabis asiste a una fiebre a la que podrían sumarse más. Colombia cuenta ya con una regulación de la marihuana medicinal y varios políticos mexicanos han expresado su conformidad con una eventual legalización. En Latinoamérica muchos le llaman ya el oro verde; pero, como el oro, advierten los expertos, alrededor puede haber arena, que se escurre entre los dedos.

 
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