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La opinión de Carles Francino

Ser feliz ¿por qué no?

No sé porque la felicidad tiene mala prensa y en cambio ser cenizo y amargado queda casi siempre muy guai

Ser feliz ¿por qué no?

Ser feliz ¿por qué no?

Madrid

Si hacemos abstracción de las noticias –incluidas bastantes chorradas- con las que suelen bombardearnos a diario, si vamos a lo verdaderamente sustancial de la vida, cualquier persona se habrá topado alguna vez con la doble pregunta de: ¿de dónde venimos y adónde vamos? Pero hay una tercera tanto o más importante que nos interroga sobre cómo podemos ser felices. Hoy es oportuno planteárselo porque se celebra el día internacional de la felicidad, que la ONU instituyó hace cinco años en un intento –no sé yo si bastante utópico- de incorporar este concepto –el de la felicidad- al terreno político. Hombre, relación seguro que tiene porque en España, por ejemplo, los niveles de felicidad no se han recuperado desde el año 2008, cuando cayeron bruscamente justo con el estallido de la crisis.

No nos puede extrañar el dato porque siendo, como somos, animales sociales hay un componente general, de contexto, que no podemos obviar a la hora de medir la felicidad. Y sin embargo existe también un factor personal, de mucho peso, que tiene que ver con la actitud, con las expectativas, con uno mismo. De hecho hay un montón de filósofos (Platón, Aristóteles, Sócrates…) que van en esa línea.

¿Aliados para conseguir la felicidad? Se me ocurren unos cuantos: la generosidad, la gratitud, el respeto, la empatía, la autoestima…. ¿Enemigos? Pues también la tira: desde la envidia hasta la vanidad, pasando por el sectarismo, el perfeccionismo, la culpa…. Y yo le añadiría además que un cierto postureo, un prejuicio; sí, porque parece que no esté bien visto cuando te preguntan “cómo estás”, responder “pues bien, muy bien”; “¿eres feliz?” "Pues sí, soy feliz”.

No sé porque la felicidad tiene mala prensa y en cambio ser cenizo y amargado queda casi siempre muy guai. Ya sé que algún otro filósofo, como Kant, dejó dicho que “la felicidad es una obligación”. Y hombre, tampoco creo que se la debamos imponer a nadie, pero buscarla al menos, intentarlo a pesar de todas las dificultades. A mí me parece más sano que darse cabezazos contra la pared. Pero es sólo una opinión.

 
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