Así me gusta el sexo

Madrid

Las mujeres no siempre hemos podido decir todo lo que hemos querido. No siempre han sonado bien nuestras palabras cuando hemos querido que fueran malsonantes, que dijeran todas las cosas sucias que queríamos hacer, que contaran hasta dónde podíamos llegar si elegíamos los elementos de nuestra propia cama. Ser mujer y vertebrar tu deseo sexual es una carrera de largo recorrido y no de velocidad. Hay que acostumbrar a los que te rodean a que entiendan que no vas a conformarte con los restos de nadie. Más de una vez tienes que dar explicaciones a situaciones eminentemente masculinas y por supuesto absolutamente permitidas si el que las realiza es un hombre, pero no una mujer.

Me gusta que me aten al cabecero de la cama. Me chifla que en vez de dos entren más a jugar en estas sábanas. Me vuelve loca el sexo oral, me fascinan los fetiches y elijo llevar los míos propios aunque pueda extrañar que de cualquiera de mis bolsos emerjan un par de taconazos de esos que no pisan asfalto. Contar todas estas cosas hace que cualquiera pueda opinar, no solo sobre tu vida sexual, me juzgan a mí. Se erigen en salvadores de la patria y de tu vida. Te aconsejan porque creen que ellos dominan las normas de la integridad.

Solo hago y deshago lo mismo que podría hacer y deshacer que si fuera un hombre... Aprovéchate conmigo, que no de mí y hagamos del sexo el mejor de los aliados. Uno que nos cuide, guste, fascine y satisfaga, independientemente de aquello que tengamos entre las piernas. Así me gusta a mí el sexo.