"Vivo con miedo. Pero no me van a silenciar"

Madrid

El 16 de junio de 2014, de madrugada, la Policía nacional entró en una casa de Moratalaz, en Madrid. Era el desenlace de la Operación Gala, en la que la Policía desmanteló la Brigada Al Ándalus, una célula yihadista vinculada al Daesh que se dedicaba a captar, adoctrinar y enviar a yihadistas a zonas de conflicto. Raquel Alonso estaba en aquella casa, aquella noche, porque su marido, su ahora ex marido y padre de sus dos hijos, era uno de los miembros de la célula. Para ella acababan tres años de pesadilla, en los que había visto como el hombre del que se había enamorado y con el que había vivido durante 20 años un matrimonio feliz, se había convertido en un desconocido y, en definitiva, un enemigo.

'Casada con el Enemigo' (Espasa) es el libro que Alonso acaba de publicar y en el que relata la doble vida que empezó a vivir desde que su marido, en tan sólo unos meses, se convirtió para ella y para sus dos hijos prácticamente en un desconocido, en un rápido y drástico proceso de radicalización. "Era un hombre maravilloso, tolerante, nunca nos prohibimos nada, siempre respetamos ambas religiones. Fuimos creciendo como pareja, una vida maravillosa, con dos hijos, hasta que en el año 2012 fallece su padre. Un golpe duro de llevar", relata Raquel, "un día me dice voy a acercarme a la Mezquita de la M-30 porque necesito rezar por el alma de mi padre". Y así comenzó todo, "todo mi calvario". Empezó con una radicalización religiosa, "lo empecé a notar en cosas pequeñas. Se deja barba. Ya va a cumplir con las cinco oraciones al día. Empieza a traer libros a casa". La actitud con Raquel también cambió y para que la radicalización no influyese en sus hijos, "decidí convertir una conversión al Islam, para organizarle la agenda y que dejase en paz a los niños".

Su pesadilla acabó una madrugada de junio de 2014, cuando irrumpió en su casa la Policía Nacional para detener a Nabil, acusado de terrorismo. "El juez sentenció que era una célula organizada, había pruebas de compra de materiales, pagos de viajes para envíos, y que dos estaban preparados para salir a Siria". Nabil sale en libertad vigilada en cuatro años, "me preocupa que salga él en libertad y todos los miembros. Yo llevo tres años amenazada por estos señores. Convivo con el miedo, pero no voy a permitir que nadie me silencie". También ha escrito el libro para "animar a mujeres que estén en mi situación a que denuncien. Y a las instituciones a que nos ayuden, nos apoyen. Yo me he encontrado que a cada asociación a la que he ido me han dicho que no soy víctima, ni de terrorismo, ni de violencia de género. Hay una laguna enorme".