Abriré las piernas para que te sumerjas

Madrid

No saben lo bien que me ha venido a mí que desde pequeña me haya gustado dar brincos. Que primero quisiera hacer ballet, creyéndome Giselle aprendiendo a subir la pierna aguantando en las piruetas. Que después siguiera con el yoga, la capoeira, el pilates... Ejercicios todos en los que no quedara otra que estirar, que llegar un poco más lejos, que subir un poco más. Entrenándome poco a poco para que mis músculos se acostumbraran a querer un poco más de lo que puedieran conseguir cuando no estén en reposo. No crean que no me gusta quedarme tirada encima de la cama y que me lo den todo hecho...

A veces, sí. Muchas veces no.

No puedo evitar entrar en esas sábanas y creerme lo suficientemente felina; maullaré a mi amante lo mucho que me gusta que restriegue su lomo contra el mío. Abriendo las piernas para que se sumerja, para que calme su sed con el agua que emane de mi deseo. Esperaré a mi amante con las rodillas hincadas, hundiendo mi grupa, irguiendo el culo dispuesta a celebrar lo bueno que es que entre tan dentro.

Seré honesta con mis propias inseguridades y no te prometeré aquello que no te pueda dar. NO te preocupes, cariño, esto solo acaba de empezar. Prometo que la vida y el sexo serán mucho mejores después de este maravilloso polvo contigo dentro.