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El cojín de Mark Zuckerberg

Editorial de Toni Garrido

El cojín de Mark Zuckerberg

El cojín de Mark Zuckerberg

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Madrid

Seguro que ya han oído esa historia del sello presentado por Correos como homenaje a León, pero que incluye, por error, la Catedral de Burgos. Así es, Correos ya se ha disculpado y anuncia que tratará de enmendar el error con la emisión de un nuevo sello. Pero, ¿no es toda una paradoja de la vida moderna que ese sello erróneo, vaya a convertirse en un sello extremadamente valorado? Desde ayer coleccionistas de todo el mundo quieren adquirir esa equivocada rareza. El error, el fallo, la equivocación, por fin, se convierte en lo más valioso. Y ¿no explicaría eso muchas de las cosas que nos pasan cada cuatro años?

Originalmente el sello en cuestión tiene un valor facial de 55 centimos. Hablando de valor facial: El asunto Cifuentes sigue enquistado en el tres, dos o uno de las preocupaciones mediáticas, pero ahora en serio, ¿no les cansa un poco la bisuteria política?

Mientras, aquí estamos con lo concerniente el mundo contiene la respiración por la respuesta de Donald Trump a los terribles acontencimientos ocurridos en Siria, la tensión sube en Oriente Medio, zozobra en Brasil y ayer, en el Congreso norteamericano, el dueño de Facebook reconoció su error en el tratamiento de la información sensible de su red. Estuvo cinco horas compareciendo, hoy vuelve a sentarse ante el Senado.

¿Mark Zuckerberg No quiere dar sus datos? ¿No quiere compartir información que considera privada? ¿Por qué? ¿Qué malo puede haber en conocer sus gustos a la hora de elegir un hotel? ¿Por qué no querría compartir alguien cómo, cuándo, y con quién ha intercambiado mensajes esta semana? ¿Por qué no lo hace el dueño de Facebook? Insisito, ¿qué hay de malo en saber dónde ha estado, qué cosas le gustan, qué bebe, qué come, cuándo duerme, cuándo sale a hacer deporte? ¡Si ha metido los pie sen el agua de la playa, si ha visto a su familia! ¿Qué es lo que opina? Los artículos que lee, los audios que escuchan, los videos que comparte... ¿Creen que hay algo de malo en conocer todo eso de Mark Zuckerberg? Porque eso es lo que sabe él de usted, si es usted miembro de esa red social.

Esos y algunos más complejos, son los datos que esa plataforma utiliza como herramienta comercial. Si lo piensan por un segundo es un bien muy preciado, es una información tremendamente valiosa si alguien pretende influir en nuestras vidas. ¿Y no es ese precisamente el objeto de corporaciones y Gobiernos?

Esto va muy rápido, pero debemos empezar a ser conscientes al menos de las nuevas reglas de juego, convendría empezar a conocerlas para saber al menos a qué estamos jugando.

Sólo un detalle más sin importancia, Mark Zuckerberg cuando fue a sentarse frente a los senadores norteamericanos puso ayer un cojín en su asiento para parecer más alto. Puedes tener todo el dinero del mundo, toda la influencia del planeta, pero a la hora de la verdad, estás lleno de complejos y temores... Como todos los demás.

 
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