Se lo explico, señor Majo

Madrid

El presidente de la Diputación de León, el señor Majo, nos ha explicado con claridad meridiana uno de los misterios más insondables de la política nacional. Cómo es posible, nos preguntamos nosotros tan a menudo, que una actividad tan importante se esté desprestigiando a tal velocidad sin que los profesionales de dicha actividad reaccionen. Cómo es posible que el factor de desplome número 1, el partido en el poder, se deslice por el despeñadero sin oponer la menor resistencia a su caída. Qué le pasa a la política, qué ve, qué no ve, qué le paraliza, qué le encadena de forma tan férrea a una disciplina que deja pequeña a la monacal a la militar. Por qué la autocrítica le parece más cruenta que una amputación.

El señor Majo nos lo ha aclarado, y no con una respuesta sino con una pregunta. El señor Majo ha dicho: ¿Qué importa lo que Cifuentes haya hecho o dejado de hacer con su máster? ¿Qué tiene que ver con su gestión en la comunidad? ¿Cuál es el problema? En esta pregunta del señor Majo, en este cuál es el problema, se resumen todos los extravíos de nuestra política, su desenfoque respecto a lo que quiere decir gobernar, porque le parece que gobernar es una tarea de fría técnica administrativa, de tenedor de libros encargado de los asientos contables, actividad en absoluto relacionada con las conductas ni con la ejemplaridad, en modo alguno relacionado por tanto con la democracia. Señor Martínez Majo, ¿pregunta usted cuál es el problema? Se lo explico, o mejor lo dejo porque quien hace esa pregunta es evidente que está incapacitado para entender.