Málaga: más mujeres y más cine latino

Málaga

Es el año del feminismo en el cine. Después de los casos de acoso y abusos sexuales en Hollywood, en cualquier festival o encuentro cinematográfico se habla, y mucho, de la situación de las mujeres en la industria. Las directoras siempre han escaseado en esos eventos, también en los certámenes españoles. Por eso el Festival de Málaga, donde el año pasado ganó Carla Simón con Verano 1993, este año ha tratado de ampliar el número de mujeres cineastas en sus competiciones. De las 19 películas en sección oficial, seis son de mujeres. La cantidad sigue siendo irrisoria, pero es cierto que ya es mejor que la de otros festivales.

Entre las cintas destacadas está Ana de día, el debut de Andrea Jaurrieta, que ha tarado ocho años en levantar esta historia de una mujer que se descubre a sí misma. “Por ser mujer he escuchado auténticas barbaridades al tratar de hacer una película”, confesaba la directora durante la presentación del festival. Hay otro debut, el de Marta Díaz de Lope con la comedia Mi querida cofradía, donde una mujer decide postularse a presidenta de la Semana Santa de su pueblo. Fuera de concurso destaca Matar al padre, la primera serie dirigida y creada por una mujer en Movistar Plus, por la catalana Mar Coll.

En el resto de secciones del certamen habrá mucha más participación femenina. En Zona Cine hay cinco directoras, entre ellas Meritxell Colell y Diana Toucedo, que vienen de mostrar en Berlín sus largometrajes, Con el viento y Trinta Lumes. Es en cortometrajes donde más mujeres encontramos, 24 directoras competirán con sus cortos en esta edición del Festival de Málaga.

Fuera de lo temas de género, el certamen que dirige José Antonio Vigar, continúa este año por su apuesta de convertirse en un referente para el cine en español, que englobe a las cinematografías de todos los países iberoamericanos y a todas sus lenguas oficiales (el portugués) y cooliciales (catalán, gallego, euskera). Sin embargo, no compiten por el mismo premio, ya que el festival mantiene las dos Biznagas del año anterior, una para la mejor película española y, la otra, para la mejor cinta iberoamericana. “Es una manera de tener mayor proyección, de ayudar a dos películas en lugar de una”, defendía Vigar. Entre las cintas latinas destaca Sergio y Serguéi de Ernesto Daranas, La voz del silencio del brasileño André Ristum o Invisible de Pablo Giorgelli.