“El consumo se ha reducido un 22%, 107 calorías menos por semana”

Madrid

Judit Vall, investigadora de economía de la salud de la Universidad Pompeu Fabra, comentó en el pasado SER Consumidor los resultados de una investigación que han llevado a cabo junto al Instituto de Economía de la Universidad de Barcelona, que analizó qué ha sucedido con el consumo de bebidas azucaradas en Cataluña durante este año, desde que se introdujo el impuesto a estos productos.

Con este medida, según explicó la investigadora, “el consumo de este tipo de bebidas se haya reducido en torno a un 22% de media”, con mayor bajada en los envases grandes y menos en las latas.

El estudio también calcula los efectos positivos que tiene la reducción del consumo de estas bebidas: “Hemos estimado que para el 22% de la población catalana, que son los que consumen este tipo de bebidas, la ingesta de calorías ha disminuido en  107 calorías por semana, gracias al impuesto. Consideramos que es un efecto muy positivo”.

“El impuesto catalán tiene una peculiaridad: obligaba a los distribuidores a aplicar el 100% del impuesto al precio final del producto. Esta es una característica que no se da en otros países: tienen este tipo de impuestos, pero no trasladan el 100% del impuesto al consumidor final. Por eso en otros lugares no es tan efectivo”.

Vall comentó que esta característica se ha cumplido y por eso los precios de estas bebidas han aumentado sustancialmente: alrededor de un 20% en las que se venden en tamaño grande; y aproximadamente un 5 o 10% para las bebidas pequeñas, que se venden en lata.

La entrevistada también comentó que la industria y los productores de las bebidas no van a notar mucho efecto del impuesto en sus ventas, pues buena parte de los consumidores han pasado a consumir bebidas sustitutivas de las mismas compañías que contienen menos azúcar: “De cada 4,7 litros que se dejan de consumir de bebidas azucaradas, aumenta el consumo de sustitutivos zero y light en 3,5 litros. Es una sustitución también muy importante”.

Por último, Judit Vall consideró que este tipo de impuestos se pueden llevar también al resto del país y esperar unos resultados similares: “No veo razones por las que los resultados deberían ser diferentes. El consumo de este tipo de bebidas está muy extendido por todo el territorio español, con lo cual creemos que a priori los resultados se podrían extrapolar si el impuesto se pusiera a nivel estatal. Eso sí: es muy importante que se traslade el impuesto realmente al precio final”.