Lo normal: ricos y pobres

Contaba ayer El País, con abundancia de datos, una historia muy interesante. “Los jefes, decía ese texto, ganan un 98% más que los empleados”. Y lo explicaba: “Los ejecutivos mejor pagados de cada una de las empresas que conforman el índice Ibex 35 ganaron de media 5,03 millones de euros el pasado año. Esta cifra supone 97,7 veces lo que cobraron de promedio los empleados de esas mismas compañías”. Van ustedes a permitir el redondeo, para poder decir que los grandes jefazos –de ellos hablamos- se llevan para su humilde morada cien veces más que sus empleados. Añadamos detalles: mientras el sueldo de los trabajadores subió un 0,8% en 2017, la nómina de los consejos creció un 21,3%. Pongamos nombres, que los afortunados se merecen nuestro reconocimiento: el mayor salario del mercado español fue para el consejero delegado de ACS, Marcelino Fernández Verdes, que se embolsó 22,38 millones entre sueldo y pensión. ¿Mucho? Solo el equivalente a 528 veces lo que cobró la media de los empleados. ¿Saben lo que pasa? Que todo esto fluye con naturalidad, sin que a nadie se le mueva un pelo del bigote. Antiguo el que proteste, piérdase de mi vista. Pero si a los que cobran el salario mínimo -les recuerdo: 735 euros- no les altera el pulso, ¿por qué va a hacerlo al bueno de Fernández Verdes? ¡Es el progreso!