¿Testigos protegidos?

Madrid

Tengo una duda: si alguien es testigo protegido, ¿cómo es posible que le den palizas, que le rompan costillas, un diente, que le amenacen de muerte, que lo pongan a parir en las redes sociales? Supongo que están pensando lo mismo yo: ni protegido, ni nada. Bueno, pues eso está ocurriendo en Palma de Mallorca; ese testigo protegido –mal protegido– existe y hoy vamos a hablar con él.

La verdad es que llevamos días acumulando historias como para escribir una novela sobre la mafia. Después del vídeo que hoy ha precipitado la caída de Cristina Cifuentes, ya lo próximo era que le pusieran una cabeza de caballo en la cama, como en ‘El padrino’. Pero poca broma porque esto de los comportamientos mafiosos no nos queda tan lejos.

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En Palma de Mallorca se está investigando desde hace tiempo un caso de presunta corrupción relacionada con el ocio nocturno, el conocido como “caso Cursach”, donde aparecen implicados empresarios, policías municipales, políticos… donde se habla de orgías, de prostitutas, de drogas, de sobornos… y, claro, como en toda historia de este tipo siempre hay alguien que lo acaba denunciando, en este caso un ex trabajador de uno de los locales.

Bueno, lo que está pasando este hombre no está escrito –enseguida hablaremos con él, como les decía– pero su caso nos obliga a preguntarnos qué diantres ocurre con la ley que regula esta figura del testigo protegido, porque es obvio que no funciona bien. Si las personas que dan un paso al frente para denunciar un delito luego las pasan canutas… La conclusión es que es mejor quedarse callados, en silencio. Justo lo que quieren los corruptos y los mafiosos.