Soledad Vélez ilustra la asimetría del amor con un millón de sintetizadores

Madrid

Sintietizadores y vida al límite. Adentarse en el cuarto disco de Soledad Vélez es como aparecer, de pronto, en una escena de Drive. La cantante chilena lleva tiempo dejando atrás el folk y el blues, pero es que el sonido de Nuevas Épocas (Subterfuge, 2018) es abrumadoramente ochentero. A veces en plan intimista, como en la demoledora Vamos a tu casa ("tú solo quieres follar / deja ya de engañarme / a mí me gustas de verdad"), y a veces de forma explosiva, como en Ven para acá, donde los teclados de Joe Crepúsculo señalan el camino hacia el subidón.

"Empecé a asociar ese sonido con lo que estaba viviendo y, a la hora de componer, lo hice todo con esa estética", explica. "Luego se lo expliqué al productor, Guille Mostaza, y él tiene un millón de sintetizadores ochenteros y de los 90".

También aparece en los créditos Gerard Alegre (El Último Vecino), una colaboración soñada —literalmente— por Soledad Vélez que ha servido para convertir Cromo y Platino en uno de los puntos álgidos del disco y de su carrera.

La letra de la canción, de todas formas, encierra una metáfora muy poderosa: "El cromo y el platino suelen encontrarse en una misma roca y, si la ves al sol, brilla muchísimo. ¡Eso representa! Brillan unidos y nada los va a separar. Si tu saltas, yo salto. Ni el tiempo, ni la distancia, ni el espacio los va a desunir. Una relación magnética que a veces, muy pocas veces, puedes tener con alguien".

Y es que, desde el punto de vista lírico, Nuevas Épocas es todo un tratado del amor asimétrico: flechas en el corazón, respuestas incendiaria, noches que se alargan, trampas emocionales... Imágenes que guardan relación con las experiencias vitales de la autora, pero también con referentes musicales de los que, hasta ahora, abonada al inglés desde sus inicios, apenas había hablado.

"Componer en castellano hizo que me sintiera cómoda con una forma u otra de expresarme y, como fan irremediable de Sandro, Juan Gabriel, Ana Gabriel o Violeta Parra, las palabras que utilizaban, su poesía...  ¡Es con lo que me siento identificada! Por eso lo incorporé a las canciones, para describir eso por lo que todos hemos pasado", explica. "Ha sido un proceso supersincero conmigo misma".

Los 10 temas que forman Nuevas Épocas evocan multitud de pasajes del pasado, pero también huelen a nuevo por todas partes y, aunque parece que el idioma, el sonido y las personas se han puesto de acuerdo para irrumpir a la vez, el resultado no solo se antoja coherente sino que supone un salto. ¡Se viene algo grande!

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